Ubicado debido a un caniche. El viernes pasado, Luigi Cacciapuoti, uno de los jefes de la mafia napolitana, fue detenido por la policía italiana. En un comunicado de prensa, los carabineros transalpinos anuncian «el fin de una persecución que duró varios meses». Prófugo desde febrero, el hombre de 64 años había sido condenado a 15 años de prisión por «asociación de tipo mafioso».
Una investigación dirigida por los carabinieri, bajo la coordinación de la dirección antimafia del distrito de Nápoles, logró determinar que Luigi Cacciapuoti se encontraba en un perímetro cercano al municipio de Villaricca. A pesar de esta ubicación, el líder del clan permaneció imposible de rastrear.
Durante varios meses, la policía explora sin éxito todas las pistas para ponerle las manos encima al padrino. Un día, la suerte decide echar una mano a los carabinieri. Durante un escondite en las calles de Villarica, los soldados notaron un pequeño perro blanco que “miraba por una ventana entrecerrada de una gran villa”. Este caniche no es un animal cualquiera. Es el fiel compañero de una mujer cercana a Luigi Cacciapuoti.
Confirmada la identidad del canino, las autoridades deciden rodear la villa para detener al sospechoso. El hombre no ofreció resistencia. Durante su detención, Luigi Cacciapuoti estaba «tumbado junto a su piscina» leyendo un artículo sobre la actualidad de la Camorra de Ponticelli.