El presidente chino, Xi Jinping, realizó una visita a Xinjiang el sábado, promocionando la «estabilidad social conseguida con esfuerzo» en esta región sacudida durante mucho tiempo por ataques, donde Beijing ha llevado a cabo una gran represión en nombre del antiterrorismo en los últimos años.
Se trata del segundo viaje del presidente chino desde julio de 2022 a esta región del noroeste del país, que es la región de la minoría uigur, mayoritariamente musulmana, blanco de la campaña de represión y víctima de violaciones de derechos humanos como otras minorías musulmanas, según estudios occidentales. Su visita en 2022 fue la primera desde 2014.
Según la televisión estatal CCTV, Xi Jinping «subrayó que la prioridad es sobre todo mantener la estabilidad social» y «utilizar esta estabilidad para garantizar el desarrollo» de esta región autónoma, durante un discurso en Urumqi, la capital regional. Insistió en “la necesidad de combinar el desarrollo de la lucha contra el terrorismo y el separatismo con la normalización de la estabilidad social y el respeto de la ley”. Finalmente, llamó a los funcionarios locales a “promover más profundamente una sinización del Islam y controlar efectivamente las actividades religiosas ilegales”.
Según expertos occidentales y organizaciones de derechos humanos, la campaña contra el «terrorismo islamista» lanzada a mediados de la década de 2010 se tradujo en detenciones masivas de uigures y otras minorías musulmanas, su detención en «campos de reeducación», trabajos y esterilizaciones forzadas, en particular. China niega todas estas acusaciones. En particular, niega la existencia de campos y habla de “centros de formación profesional” para erradicar el extremismo.
Estados Unidos lo acusa de «genocidio», al igual que los Parlamentos de varios países occidentales. Un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos el año pasado planteó la posibilidad de crímenes «contra la humanidad» y reportó «pruebas creíbles» de tortura y violencia sexual. Los uigures, que eran ampliamente mayoría cuando se creó la República Popular en 1949, representan actualmente sólo el 45% de la población de la región, mientras que los han, grupo étnico mayoritario chino, han caído de 200.000 a alrededor de 10 millones, es decir, el 41%.