La Federación Española de Fútbol (RFEF) ha tildado de «mentiras» las acusaciones contra su presidente Luis Rubiales por su beso forzado a la jugadora Jenni Hermoso en la final del Mundial.

«La RFEF y el presidente (Luis Rubiales) probarán toda mentira publicada por cualquier persona en nombre del jugador, o, en su caso, por la propia jugadora», indicó el organismo en un comunicado en la noche del viernes al sábado. , mientras que Jenni Hermoso dijo ser «víctima de una agresión» en un comunicado de prensa.

La federación indicó que iba a «iniciar un procedimiento judicial» para defender la versión de su presidente, que se negó a dimitir el viernes y que considera que este gesto fue «consentido».

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La internacional española Jenni Hermoso aseguró el viernes por la noche que se sintió «vulnerable y víctima de una agresión» cuando Luis Rubiales la besó el domingo en la final del Mundial, tras afirmar que ese beso «no fue consentido».

Unas horas antes, Hermoso había asegurado, en un primer comunicado de su sindicato Futpro, que ella «en ningún momento había consentido ese beso», desmontando la defensa de Luis Rubiales.

En su comunicado, la federación cita el de Futpro en el que el jugador afirma: «En ningún caso busqué elevar al presidente».

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La RFEF acompaña su nota de prensa con cuatro fotografías que muestran que, según ella, «los pies del presidente están ostensiblemente elevados del suelo por la acción del jugador» que precede al beso.

La federación también respondió a los 23 jugadores de la selección nacional, que anunciaron el viernes que se negaban a jugar en la selección bajo la actual dirección de la federación.

En su nota de prensa, la RFEF recuerda que «la participación en la selección es una obligación para todas las personas (miembros de la federación) si son convocadas por ésta».

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Contra todo pronóstico y a pesar de las presiones, el presidente del fútbol español se negó a dimitir de su cargo el viernes antes de la asamblea general extraordinaria de la RFEF celebrada cerca de Madrid.

En el cargo desde 2018, la exdefensa contraatacó afirmando que el beso fue «recíproco» y «consensual» y que había obtenido permiso para hacerlo, al tiempo que fustigó el «falso feminismo».

Este caso, ya denominado «

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