Le Figaro Niza

El niño salió sano y salvo, pero las consecuencias de este gesto podrían haber sido dramáticas si los transeúntes no hubieran alertado a la policía. El sábado, a media tarde y bajo un sol abrasador en la Costa Azul, cerca de Saint-Tropez (Var), una niña fue encontrada encerrada en un vehículo, en un aparcamiento cerca de la playa de Salins, cuenta el gendarmería de Gassin a Figaro, confirmando la información de Var-Matin. Y ella no estaba a la sombra.

Este último, de 3 años, tamborileaba contra las ventanillas de la furgoneta preparada para dormir, llorando. Los turistas que presenciaron esta escena alertaron a tiempo a los servicios de emergencia. Hacia las 16.00 horas, una brigada de la gendarmería llegó para romper el cristal y liberar al niño, que sudaba bajo el efecto de un calor exterior cercano a los 35 grados, y ciertamente mucho más alto en el interior del habitáculo de la furgoneta, en la que el aire acondicionado no estaba activado.

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Su padre, un veraneante de Eure, había ido a la playa con su hija. Cansada, quiso tomar una siesta. Así fue como su padre la trajo de vuelta en la furgoneta para que se quedara dormida. De nuevo sobre su toalla al borde del agua, el hombre de unos treinta años se quedó dormido a su vez… Hasta el punto de olvidarlo en la furgoneta. Tras sacarla del vehículo, los bomberos de Var se hicieron cargo de ella.

Estaba “deshidratada y con una temperatura corporal muy alta”, precisan además los gendarmes. Fue trasladada al servicio de pediatría del hospital de Fréjus, donde permaneció allí durante algunas horas para recuperarse. El padre será citado a la fiscalía de Draguignan tras una primera audiencia ante agentes de la gendarmería. Al darse cuenta de su negligencia, sobre todo en tiempos de ola de calor, este último quedó atónito.