Por ironía, llevar a Vladimir Putin a su propia trampa. Así reaccionó el ex presidente de Mongolia a la entrevista del jefe del Kremlin con el periodista estadounidense Tucker Carlson, transmitida el jueves por la noche. En esta larga entrevista, el presidente ruso volvió a justificar la invasión de Ucrania utilizando argumentos históricos, volviendo en un interminable monólogo de 23 minutos sobre la historia de Rusia desde el siglo IX a demostrar que la nación ucraniana nunca había existido.

Tsakhia Elbegdorj, que fue primera ministra de Mongolia antes de asumir la presidencia de 2009 a 2017, se burló de este argumento al publicar el lunes en la red social un mapa del imperio mongol a lo largo de los siglos. Vemos a Rusia ridículamente pequeña en comparación con su poderoso vecino. En particular, en uno de los cuatro mapas, que data del siglo XV, donde una mancha naranja en el inmenso imperio rojo está marcada con la leyenda: “Rusia en 1471”. “No se preocupe”, bromea el exjefe de Estado al jefe del Kremlin. Somos una nación pacífica y libre.

Esta excavación del ex presidente mongol se basa en el período de la historia rusa llamado “yugo tártaro” o “yugo mongol”, que comenzó en 1237 con la invasión de Rus o Rutenia por los kans mongoles de la Horda Dorada. Los dispares principados rusos fueron luego vasallos dentro del Imperio mongol, que aún hoy sigue siendo el estado más grande de la historia (de 24 a 33 millones de kilómetros cuadrados en su apogeo). Este período de dominación duró hasta 1480, cuando Iván III se negó a pagar el tributo exigido por los mongoles y puso fin a su yugo.

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Mongolia, sin apoyar oficialmente a Moscú, no ha condenado la invasión rusa. Tsakhia Elbegdorj siempre ha expresado claramente su apoyo a Ucrania. También estudió periodismo en este país y luego en Estados Unidos, antes de regresar a Mongolia para seguir una carrera en política.

Declaró en febrero de 2023: “Las democracias del mundo deben unirse con una determinación aún mayor para declarar que la libertad no es negociable y darle a Ucrania las armas que necesita para ganar”. El expresidente también describió a Vladimir Putin como un “profundo narcisista” que no puede “permitirse el lujo de ver vecinos más prósperos”.