“En Lyon, no queremos el Tour de Francia o la llama olímpica, pero damos la bienvenida al World Naked Bike Ride. Pido a la prefectura del Ródano que prohíba este evento”. Como el año pasado, Béatrice de Montille, elegida LR del distrito 3, relanzó la polémica por la prohibición de este deambular de ciclistas desnudos en bicicleta que debe tener lugar en el centro de la ciudad de Lyon en un recorrido de 12 km, el sábado 19 de agosto.
Un “Gran bucle de naturistas” de once etapas, parte de Nantes el 6 de agosto, donde además la prefectura había prohibido el deambular, y que debe terminar en París el próximo 24 de agosto. “Ya habíamos reaccionado el año pasado. Cinco personas desnudas, puede parecer anecdótico. Pero es un verdadero activismo anti-automóvil y pro-bicicleta. Cuando ponemos esto en paralelo con las críticas al Tour de Francia en 2020, nos preguntamos qué puede hacer este evento en Lyon. Es una nueva señal débil de una forma de decadencia”, explica a Figaro el elegido LR.
El verano pasado, la etapa de Lyon del World Naked Bike Ride no se canceló, pero la ruta se revisó a pedido de la prefectura del Ródano, que excluyó el parque Tête d’Or de los cruces de áreas. Por su parte, la ciudad de Lyon había indicado que no era su responsabilidad prohibir las “manifestaciones a la demanda”, sino la de los servicios estatales.
Por su parte, los promotores del evento dicen estar en su derecho y no entienden las reacciones de ciertos cargos electos. «Querer prohibir esta manifestación, cuyo objetivo es cuestionar la fragilidad del cuerpo humano en el tráfico rodado pero también sobre cuestiones ecológicas, es querer prohibir la libertad de expresión», denuncia Jean-François Feunteun, presidente de la confederación de el movimiento naturista y organizador de este World Naked Bike Ride. Y para añadir: “En Londres reunimos a 5.000 personas sin ningún problema. Y así sucede en todos los países democráticos del mundo. Solo sabemos de prohibiciones en dictaduras y países muy religiosos”.
Sin embargo, para el Código Penal, “la exhibición sexual impuesta a la vista de los demás en un lugar accesible a la mirada pública” está penada con un año de prisión y una multa de 15.000 euros, como escribimos el domingo en un artículo dedicado a las numerosas prohibiciones tomadas en todas partes en Francia sobre este evento. Contactada por Le Figaro, la prefectura de Rhône explica que el expediente está bajo investigación.