Irak pidió el domingo 6 de agosto a Estados Unidos y Reino Unido la extradición de tres exfuncionarios, entre ellos un exministro de finanzas, acusados ​​de haber «facilitado» el robo de 2.500 millones de dólares sustraídos de una cuenta bancaria de la oficina de impuestos iraquí . La justicia iraquí había emitido órdenes de arresto a principios de marzo contra cuatro hombres que formaban parte del equipo del ex primer ministro Moustafa al-Kazimi (2020-2022). Según Bagdad, actualmente se encuentran en el extranjero.

Estas órdenes están dirigidas al exministro de Finanzas, Ali Allawi, al exdirector del gabinete del jefe de gobierno y exjefe de inteligencia, Raëd Jouhi, al secretario personal de Moustafa al-Kazimi, Ahmed Najati, así como a un ex asesor de comunicaciones, Mushrik Abbas.

Este domingo, el jefe de la Comisión de Integridad de Irak, Haider Hanoun, aseguró en un discurso televisado que Interpol había emitido notificaciones rojas contra Raëd Jouhi y Ahmed Najati, quienes “ambos tienen nacionalidad estadounidense”. Una notificación roja también apunta a Ali Allawi, «que tiene nacionalidad británica», según Haider Hanoun.

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Haider Hanoun no especificó en qué países se encontraban los sospechosos, pero pidió a las «autoridades pertinentes de Estados Unidos y Reino Unido que cooperen en la ejecución de las órdenes de arresto emitidas contra ellos». “Esperamos que ellos (Londres y Washington, nota del editor) cooperen y entreguen a los sospechosos”, dijo. El cuarto acusado, Mushrik Abbas, “actualmente reside en los Emiratos Árabes Unidos” y Haider Hanoun dijo que no sabía si tenía otra nacionalidad además de la iraquí. Publicitado a mediados de octubre de 2022, este caso denominado el «robo del siglo» causó gran indignación en Irak.

Un documento de la Administración General Tributaria explicó que los 2.500 millones de dólares fueron sustraídos en un período de septiembre de 2021 a agosto de 2022, a través de 247 cheques cobrados por cinco empresas. Luego, el dinero se retiró en efectivo de las cuentas de estas empresas, cuyos dueños en su mayoría están prófugos. Los cuatro sospechosos buscados por Bagdad están acusados ​​de haber «facilitado la malversación de sumas pertenecientes a las autoridades fiscales». Este tema es anunciado periódicamente por el actual gobierno, que quiere demostrar su determinación en la lucha contra la corrupción.

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Irak está plagado de corrupción que se ha infiltrado en toda la maquinaria del Estado. Si se pronuncian condenas, a menudo se enfocan en los niveles intermedios o en los trabajadores simples, rara vez en la parte superior de la pirámide.