Una intervención militar en Níger para restaurar al presidente electo Mohamed Bazoum, derrocado por un golpe de estado, sería considerada como “una declaración de guerra contra Burkina Faso y Malí”, indica este lunes 31 de julio una nota de prensa conjunta de los gobiernos de Uagadugú y Bamako. Los dos gobiernos, nacidos ellos mismos de golpes de Estado, «advierten que cualquier intervención militar contra Níger equivaldría a una declaración de guerra contra Burkina Faso y Malí», el día después de una amenaza de usar «la fuerza» por parte de los líderes de África Occidental reunidos en Abuya, la capital de Nigeria.

Los dos gobiernos “advierten que cualquier intervención militar contra Níger conduciría a la retirada de Burkina Faso y Malí de la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados de África Occidental), así como a la adopción de medidas de autodefensa en apoyo a las fuerzas armadas y al pueblo de Níger”. Ellos “advierten contra las desastrosas consecuencias de una intervención militar en Níger que podría desestabilizar toda la región”. Añaden que “se niegan a aplicar” las “sanciones ilegales, ilegítimas e inhumanas contra el pueblo y las autoridades de Níger” decididas en Abuja.

Dimanche, les dirigeants de la Cédéao ont fixé un ultimatum d’une semaine à la junte militaire au Niger pour un «retour complet à l’ordre constitutionnel», affirmant ne pas exclure un «recours à la force» si ce n’était pas el caso. También decidieron «suspender todas las transacciones comerciales y financieras» entre sus estados miembros y Níger, y congelar los activos de los militares involucrados en el golpe.

En un comunicado aparte, Guinea, cuyo Gobierno también es fruto de un golpe de Estado, “expresa su desacuerdo con las sanciones recomendadas por la CEDEAO, incluida la intervención militar” y “ha decidido no aplicar estas sanciones que ‘considera ilegítimas e inhumanas’. Conakry “insta a la CEDEAO a reconsiderar su posición”.