El domingo se impuso un toque de queda total en un estado del noreste de Nigeria donde cientos de residentes participaron en saqueos masivos de tiendas y almacenes públicos donde se almacenaban alimentos, dijeron las autoridades de Adamawa. Los adolescentes que vivían en la calle comenzaron a saquear, pero rápidamente se les unieron cientos de vecinos que ingresaron a estos lugares donde se almacenaban alimentos, especialmente cereales, antes de llevárselos.

«El gobernador del estado de Adamawa, Ahmadu Umaru Fintiri, ha declarado un toque de queda de 24 horas… con efecto inmediato», dijo el domingo su portavoz, Humwashi Wonosikou. “Con el toque de queda impuesto, no habrá movimiento en todo el estado”. La policía local también dijo que se había desplegado personal de seguridad para hacer cumplir el toque de queda y evitar futuros saqueos.

Nigeria, el país más poblado de África y la mayor economía del continente, enfrenta una grave crisis económica desde 2016, agravada por la pandemia del coronavirus, luego por la ofensiva rusa en Ucrania. Casi la mitad de sus 215 millones de habitantes viven en la pobreza extrema (con menos de dos dólares al día) a pesar de sus enormes reservas de petróleo.

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Durante los últimos dos meses, la pobreza ha empeorado en el país ya que el nuevo presidente Bola Tinubu ha tomado una serie de medidas económicas destinadas a reactivar las inversiones a largo plazo, pero con graves efectos en las billeteras de los hogares.

El mes pasado, el presidente puso fin notablemente a los subsidios a los combustibles, cuadruplicando los precios de la gasolina e indirectamente elevando los precios de los alimentos. A mediados de julio, anunció un “Estado de emergencia en materia de seguridad alimentaria”, prometiendo inversiones masivas en agricultura y transferencias de dinero a los más pobres.

A principios de este año, la ONU ya predijo que más de 25 millones de nigerianos estarían en “alto riesgo” de inseguridad alimentaria en 2023, sin contar la inflación reciente. El noreste de Nigeria se ve particularmente afectado por la inseguridad alimentaria, ya que un conflicto de 14 años entre el ejército y los grupos yihadistas ha desplazado a millones de personas y ha expulsado a los agricultores de sus tierras.