Japón experimentó una caída récord en su población de nacionales en 2022, según datos del gobierno publicados el miércoles 26 de julio, ya que el gobierno japonés multiplica las medidas para tratar de corregir la bajísima tasa de natalidad. El número de residentes con nacionalidad japonesa era de 122,42 millones a 1 de enero de 2023, unas 800.500 personas menos que en 2021, según un informe del Ministerio del Interior.

La caída de 0,65% es la mayor desde 1968, cuando se dispone de estadísticas comparables, agregó el ministerio. Y por primera vez, los 47 departamentos del país registraron una caída en su población.

Muchos países industrializados están viendo una disminución en sus tasas de natalidad, pero la tendencia es particularmente pronunciada en el archipiélago japonés, donde la población ha estado disminuyendo durante 14 años seguidos. El porcentaje de residentes de 65 años o más en Japón (alrededor del 30%) es el segundo más alto del mundo después de Mónaco.

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Por otro lado, la población de residentes extranjeros en el país aumentó el año pasado en 289.498 personas, un aumento del 10,7 por ciento, y el total llegó a casi tres millones de personas, un récord. El fuerte aumento también coincidió con la relajación de las restricciones fronterizas relacionadas con el Covid-19 de Japón del año pasado. Japón tiene reglas de inmigración relativamente estrictas, pero el gobierno las está relajando gradualmente para hacer frente a los problemas de escasez de mano de obra.

El primer ministro Fumio Kishida dijo en enero pasado que Japón estaba “al borde de ser incapaz de seguir funcionando como sociedad”. El archipiélago registró menos de 800.000 nacimientos en 2022, un mínimo histórico, según cifras publicadas a principios de este año.

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“La disminución del número de niños y de la población es un tema importante que involucra los aspectos sociales, económicos y de bienestar social de Japón”, recordó este miércoles Hirokazu Matsuno, vocero del gobierno, durante una conferencia de prensa. El gobierno trabajará para «alentar a las mujeres y los ancianos a ingresar al mercado laboral» a través de cambios en los patrones de trabajo y reformas del mercado laboral, agregó.

Fumio Kishida anunció a principios de junio un plan de 3.500 millones de yenes en tres años (más de 22.000 millones de euros) destinado a reforzar considerablemente las ayudas a las familias.