en Wimbledon,

Mucho más fuerte que una decepcionante Ons Jabeur, la 42ª del mundo, medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio, causó sensación en Londres y ganó su primer título de Grand Slam tras su derrota en la final de Roland-Garros 2019. Para Jabeur, este es el tercer fracaso en tres finales de Major después de Wimbledon y el US Open 2022. Perdió por tercera vez contra la checa en tres partidos. “Es la derrota más dolorosa de mi carrera”, soltó al público, entre lágrimas, un 6º Mundial muy afectado. “El tenis es un camino complicado pero aquí volveré”, concluyó la tunecina, consciente de haberse perdido su final.

Todo empezó bien para ella, que lideró 2-0, 40-15 y luego 4-2. Pero es la checa de 24 años quien poco a poco será más astuta que su oponente. Los quiebres se multiplicaron y el checo pasó por delante de un Jabeur muy tenso. Servicio descompuesto y desordenado de revés, el finalista de la edición de 2022 multiplicó los errores no forzados (31 en total) ante un rival más regular y menos tenso. El tunecino de 28 años se perdió así los cuatro juegos del primer set para perder (6-4).

En su camino, Vondrousova logró el quiebre al inicio del segundo set pero bajo una ovación del público Jabeur alineó tres juegos (doble quiebre) para recuperar el liderato 3-1. La checa se recuperó en el 3-3 y en el noveno juego logró el quiebre fatal para Jabeur. Tras desperdiciar el primero de sus tres puntos de partido en una doble falta, ganó el segundo de volea y se desplomó feliz sobre el césped inglés.

“Con todo lo que he pasado, es increíble estar aquí. El tenis es una locura”, sopló el ganador. Hace un año, con el brazo enyesado, llegó como turista a Londres tras una operación en la muñeca izquierda… La sensación Vondrousova solo había ganado dos partidos sobre hierba en su carrera cuando llegó este año a Wimbledon. La primera finalista no cabeza de serie de la era Open (desde 1968) y la primera desde Billie Jean King en 1963, Vondrousova se convierte en la tercera checa en ganar en el Templo del Tenis después de Jana Novotna y Petra Kvitova. También ganó una apuesta: «Le dije a mi entrenador que si ganaba un torneo de Grand Slam, tenía que hacerse un tatuaje».