Alemania dependerá «cada vez más» de la energía nuclear francesa para cubrir sus necesidades, a pesar de la oposición de Berlín a esta fuente de energía, aseguró este jueves la ministra francesa para la Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher. «Alemania corre el riesgo de volverse cada vez más dependiente de la electricidad nuclear de sus vecinos», dijo en una entrevista con el diario económico alemán Handelsblatt.

Berlín cerró definitivamente sus últimos reactores nucleares el pasado mes de abril, diez años después de la decisión de Angela Merkel de acelerar la salida del átomo tras el desastre de Fukushima. Al mismo tiempo, el país volvió a convertirse en importador neto de electricidad, invirtiendo la tendencia de meses anteriores cuando exportaba su electricidad, en particular a Francia, donde las centrales nucleares estaban en mantenimiento.

Actualmente, un tercio de la electricidad importada proviene de la energía nuclear, en gran parte francesa, según el think tank especializado en energía Agora Energiewende. Según los especialistas, es difícil decir si y en qué medida este desarrollo está relacionado con el cierre de las últimas tres centrales eléctricas alemanas, que representaban el 6% de la electricidad producida en Alemania. Alemania ya ha sido un importador neto de electricidad en otras ocasiones en el pasado.

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Por el lado alemán, se estima que esta reversión está ligada a la actual caída de los precios de la energía, en el marco del mercado europeo donde se compra y vende electricidad. “Sucede que importar es más barato que producir”, declaró recientemente a la prensa el jefe de la Agencia Federal de Redes, Klaus Müller.

Pero para Agnès Pannier-Runacher, «hay algo de incoherente en importar masivamente electricidad nuclear francesa y al mismo tiempo oponerse a cualquier texto y legislación de la Unión Europea que reconozca el valor añadido de esta forma de electricidad libre de carbono», añadió. . Durante meses, París y Berlín han estado divididos sobre el papel de la energía nuclear en el mercado eléctrico europeo, cuyos lineamientos de reforma están siendo discutidos por los 27.

Francia aboga por la clasificación del átomo como energía renovable, a lo que Alemania se opone. La ministra dijo que le resultaba «lamentable que Alemania esté postergando» estas negociaciones. También señaló los planes de Berlín para construir nuevas centrales eléctricas a gas para compensar la intermitencia de las energías renovables.

“El gas es un combustible fósil”, lo que “plantea un problema de credibilidad en la lucha contra el cambio climático”, agregó, y pidió a Berlín que encuentre “soluciones libres de carbono para equilibrar sus propias necesidades de electricidad”. La coalición gobernante de Alemania, encabezada por el socialdemócrata Olaf Scholz, se ha fijado el objetivo de un 80 % de electricidad renovable en su combinación energética para 2030. Esta proporción aumentó al 48,3 % en 2022.