Jonas Vingegaard sigue a Tadej Pogacar como su sombra. Desde la salida de Bilbao, la táctica del danés, líder de la formación Jumbo-Visma, se reduce a una ausencia total de riesgo, su simple objetivo es cortar las alas al vengativo esloveno que había pecado por exceso de confianza durante el Tour 2022 ante los repetidos ataques de los avispones de la selección holandesa. Y acabó cediendo.
Este domingo, en el picado rumbo a San Sebastián, tras pasar la cima de Jaizkibel, famoso juez de paz de la Clásica San Sebastián, Tadej Pogcar aprovechó para hacerse con el bonus de segundos colgados antes de ampliar su esfuerzo. A sus espaldas, pegado a su pantalón, agarrado a su peto, Jonas Vingegaard rápidamente le dejó claro a su rival que no tomaría el relevo. El danés se limitó a saltar sobre la espalda de su rival para cortarle las piernas, romper su impulso.
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Lejos del equipo Jumbo-Visma que, durante la etapa legendaria del Col du Granon, luego en la etapa de Hautacam, en 2022 había deslumbrado por su espíritu emprendedor. De la pizarra. Los periódicos holandeses no dudaron en referirse al «fútbol total» que hizo famoso el Ajax de Ámsterdam de Johan Cruyff en la década de 1970.
Y al mismo tiempo, Wout van Aert irresistible el año pasado ya no tiene el mismo éxito. En la final de la etapa de San Sebastián, el maillot verde de 2022, apoyado en particular por el holandés Wilco Kelderman y el belga Tiesj Benoot, no pudo contrarrestar el cañonazo de Victor Lafay mientras las responsabilidades recaían sobre sus hombros este domingo. El francés podría encaminarse al mejor día de su vida como corredor. Van Aert y su gente deben haber maldecido el tiempo de reacción culpable.
Durante 48 horas, Jumbo-Visma ha visto al UAE Team Emirates de amarillo (Adam Yates, ganador de la primera etapa) y blanco (Tadej Pogacar) y espera una primera victoria. Ilustración de un equipo que defiende un título cuando su rival intenta recuperarlo, apoyándose en una nueva fuerza colectiva. UAE Team Emirates deja, por ahora, Jumbo-Visma para luchar con las limitaciones de un catenaccio sin inspiración.
