¡El primer motor de avión totalmente eléctrico certificado del mundo será francés! Su nombre ? ENGINEUS 100. ¿Su constructor? El fabricante francés de motores Safran, que espera obtener la certificación a principios de 2024. “Será una primicia mundial. Hemos realizado muchas pruebas y estamos entrando en la fase final de certificación de este primer modelo de la gama”, dice Bruno Bellanger, director de “Power” en Safran Electrical.

Paralelamente a los preparativos para obtener el preciado sésamo de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (Easa), el fabricante de motores lanzó la industrialización del ENGINeUS 100, al abrir dos líneas de producción automatizadas en Europa. El primero en Pickstone, a 100 km de Londres, en el Reino Unido, se encarga de los subconjuntos (estatores/rotores); el segundo en Niort, Francia, se encarga de la electrónica de potencia y el montaje final. “La línea de ensamblaje final producirá 1000 motores por año y podrá aumentar rápidamente a 4000 motores por año. Será reconfigurable y modular y podrá ensamblar todas las versiones de la familia ENGINeUS, en particular la versión XL, que planeamos certificar para 2026”, dice Bruno Bellanger.

Presente en el salón aeronáutico de Le Bourget, donde los visitantes pueden ver los nuevos motores eléctricos del grupo, Safran ha puesto en marcha un ambicioso plan destinado a cumplir los objetivos de descarbonización de la aviación. “Nuestra hoja de ruta tiene dos pilares: por un lado, la electrificación de equipos de aeronaves convencionales así como la generación y distribución de energía eléctrica; por otro lado, la propulsión eléctrica con soluciones adaptadas a diferentes arquitecturas: totalmente eléctrica para aviones pequeños y VTOLs (despegue y aterrizaje vertical, Ed); hibridación, al combinar motores térmicos (queroseno/combustibles de aviación sostenibles (SAF)) y eléctricos, para aparatos más grandes, que también son más pesados”, desarrolla el director de la rama de Energía.

Safran actúa en tres direcciones. En primer lugar, el desarrollo de motores cada vez más frugales, que supongan un importante ahorro en el consumo de combustible y, por tanto, una reducción de las emisiones contaminantes. Entonces el uso de SAF. Finalmente, la electrificación de la propulsión. Para ello, Safran está trabajando en el diseño de una oferta completa con tres líneas de producto. Una gama de motores eléctricos con diferentes potencias y adaptados a diferentes mercados -ENGINeUS 100 (para 100 kilovatios) y ENGINeUS XL (probado con éxito para 750 kW)- que van desde 100 hasta 1 megavatio a largo plazo. Pero también en un sistema de distribución de energía eléctrica a los motores, llamado GENeUS Grid. Y, finalmente, baterías, fuentes de energía, con GENeUS Pack. “Estamos trabajando en la tecnología de pasado mañana con una nueva generación de baterías de metal-litio”, especifica el director de la rama de Energía. Pero en esta etapa de la investigación, las baterías no proporcionan suficiente energía para despegar los aviones de pasajeros, tipo A220, A320 o A350. Su peso acumulado sería tal que superaría al del dispositivo. “Es por eso que se necesita un turbogenerador para ayudar a las baterías a generar y distribuir energía eléctrica a los motores. De ahí el desarrollo de GENEUS, un generador que convierte la energía de la turbina en energía eléctrica”, explica Bruno Bellanger.

El grupo francés se posiciona así en todos los segmentos del mercado: aviones de aviación general, de formación y de turismo, con el ENGINeUS 100; pequeños aviones de 9 a 19 pasajeros, conocidos como «commuters», que conectan ciudades, que pueden, con uno o dos motores ENGINeUS XL o varios motores pequeños 100, volar totalmente eléctricos. Pero también taxis voladores. Los nuevos motores eléctricos de Safran también han sido seleccionados por varios fabricantes y start-ups con los que se han establecido alianzas. Es el caso de las start-ups francesas Aura Aéro para el Integral, un biplaza para acrobacias aéreas y entrenamiento de pilotos, y el ERA, su futuro jet regional eléctrico, así como de VoltAero para su avión regional Cassio. Pero también por Diamond Aircraft, especialista austriaco en aviación ligera compuesta adquirida en 2017 por el grupo chino Wangfeng Aviation, para su e-DA40, la versión eléctrica de su avión de entrenamiento de pilotos más vendido. O por la canadiense CAE y la estadounidense Bye Aerospace, para el eFlyer, un dispositivo de entrenamiento de pilotos.

Safran también apunta al mercado de aviones regionales con 50 a 100 pasajeros y más, incluidos los sucesores del Airbus A320neo y el Boeing 737 Max. Para estos grandes dispositivos, las soluciones pasan por la hibridación y asistencia eléctrica de motores térmicos ultraeficientes, capaces de operar con SAF, incluido hidrógeno. Hoy en día, todos los motores de las aeronaves están certificados para volar con un 50 % de SAF mezclado con queroseno. Será del 100% dentro de unos años después de algunas adaptaciones y nuevos estándares establecidos por las agencias de seguridad aérea.