¿Por qué tantos jugadores del Chelsea se mudan repentinamente a Arabia Saudita? N’Golo Kanté acaba de fichar por el Al-Ittihad, Edouard Mendy se espera en el Al-Hilal, Kalidou Koulibaly en el Al-Ahli y Hakim Ziyech está cerca de unirse a Cristiano Ronaldo en el Al-Nassr. Estas repentinas salidas de londinenses hacia un mismo campeonato no parecen ser casualidad. Sorprenden los vínculos entre un club de fútbol inglés y el régimen saudí, y surge la cuestión del tiempo compartido en el mismo deporte.
Dos problemas principales emergen a los ojos de los observadores, británicos y extranjeros. Primero, está el vínculo entre el Fondo de Inversión Pública Saudita (PIF) y Clearlake Capital, una firma de capital privado. El 28 de mayo de 2022, Chelsea anunció su adquisición por parte del “consorcio Todd Boehly-Clearlake Capital” por 4.950 millones de euros. Clearlake, del cual Boehly es accionista minoritario, posee alrededor del 60% de Chelsea según The Athletic.
Pero Clearlake no se ocupa sólo del 12º en la Premier League. La firma gestiona cerca de 70.000 millones de euros en activos en nombre de 300 inversores, según informó el Daily Mail en agosto de 2022. Y varios de esos miles de millones habrían sido invertidos por el PIF, «brazo armado» de la monarquía del Golfo que «se utiliza para mantener el contrato social en Arabia Saudí», explicó Jean-Baptiste Guégan, especialista en geopolítica del deporte.
A principios de junio, el PIF, dirigido por el príncipe heredero Mohammed Ben Salman, se metió en el fútbol local. Se convirtió en propietario mayoritario de cuatro clubes: Al-Hilal, Al-Ahli, Al-Nassr y Al-Ittihad. Por casualidad (o no), cada uno de estos clubes dará la bienvenida a un jugador del Chelsea este verano. Fichajes que son auténticas gangas para el club inglés.
Si Kanté estuvo al final de contrato, no es el caso de los otros tres jugadores, indeseables en una plantilla sobrecargada. Sus salidas deberían permitirle al Chelsea cuidar sus finanzas, reducir su nómina y equilibrar sus cuentas con respecto al juego limpio financiero. ¿Con precios de transferencia inflados artificialmente? Este es el temor, ya que la UEFA anunció recientemente que está prestando más atención a las plusvalías desvinculadas del mercado. PSG y Manchester City fueron señalados hace unos años por dudosos acuerdos de patrocinio. El proceso sería ligeramente diferente, pero con el mismo propósito.
El otro gran problema es el del tiempo compartido. Arabia Saudita no controla directamente al Chelsea, pero su influencia puede ser mayor de lo que parece. Esto sería una preocupación ya que el PIF compró el Newcastle en 2021 por más de 400 millones de euros. Un mismo accionista para dos clubes de la misma liga es difícil de imaginar. Sobre todo en la Premier League, donde la llegada de los saudíes a las Urracas ya había despertado fuertes protestas.
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Hasta el momento no se ha producido ningún traspaso, cesión o intercambio de jugadores entre Chelsea y Newcastle. La sombra de un conflicto de intereses se cierne. Chelsea, a través de la prensa británica, negó cualquier implicación saudí en su adquisición hace un año. Los Blues están saliendo de una temporada calamitosa a pesar de sus enormes inversiones y no jugarán la Copa de Europa en 2023-24. Newcastle, por el contrario, ocupó el cuarto lugar en la Premier League, sinónimo de clasificación para la Champions League.