El resultado fue casi una conclusión inevitable. Como era de esperar, la Asamblea Nacional rechazó en gran medida el lunes la moción de censura espontánea contra «el golpe antidemocrático del gobierno», presentada por los Nupes. El texto defendido por la socialista Valérie Rabault obtuvo 239 votos, lejos de la mayoría absoluta (289 votos) necesaria para derrocar al Gobierno. Más allá de las filas de la izquierda, sólo los 88 diputados de Agrupación Nacional (RN) votaron por unanimidad la moción de censura. Los escaños de los republicanos (LR) quedaron casi desiertos, sin que ninguno de ellos tomara parte en la votación. Incluso el grupo Liot (Libertades, Ultramar y Territorios Independientes) no apoyó la iniciativa, ya que solo dos cargos electos votaron a favor del texto.

Los nupes sin embargo quisieron «marcar la ocasión» tras el fracaso del nuevo intento de derogar la reforma en el 64, la semana pasada en el hemiciclo. En el podio, la diputada de Tarn-et-Garonne, Valérie Rabault, acusó así al ejecutivo de haber “impedido el debate” sobre el proyecto de ley del grupo Liot, presentado el 8 de junio. El presidente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, al haber considerado inadmisibles económicamente las enmiendas que pretendían restablecer la jubilación a los 62 años. “Desde el 8 de junio, reina la admisibilidad partidista sin recurso”, fustigó Valérie Rabault, denunciando “un grave precedente”. Antes de instar a sus compañeros de la oposición a “poner fin al desprestigio” que la primera ministra y su gobierno “arrojan” sobre la cámara baja.

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Estribillo casi habitual para Elisabeth Borne, ante su decimoséptima moción de censura desde las elecciones legislativas de junio de 2022. Abucheada por los escaños de los Nupes durante su discurso, esta última quiso agradecerles, en particular, con ironía, “haber permitido que la Francés, ya en dieciséis ocasiones, para constatar que no hay mayoría alternativa al gobierno”. Y para agregar, mordaz: “Algunos aquí parecen convencidos de que el coraje político es una oposición vocal, caricaturesca, total. Yo no confundo coraje y decibelios”. Si bien los rumores de una reorganización la colocan en el banquillo, la primera ministra también aprovechó la oportunidad para reafirmar su historial. “Se empatan las mayorías, se votan los textos. Hemos encontrado acuerdos y soluciones en temas importantes como la seguridad de nuestros conciudadanos”, abogó y pidió que se mantenga esta “fuerza colectiva”.

Después de este nuevo fracaso, el ejecutivo finalmente puede esperar pasar la página de las pensiones. Sin embargo, otro podría abrirse el próximo mes de septiembre con el examen de los principales textos presupuestarios y el posible uso del artículo 49.3. Si las “condiciones de éxito” de esta última moción de censura no fueran, según ellos, “cumplidas”, el grupo Liot podría reservarse así una ventana de oportunidad en el presupuesto. En marzo pasado, su texto transpartidista llevado por el centrista Charles de Courson estuvo cerca de derrocar al gobierno con nueve votos pequeños.