Después del gerente de la red de transmisión eléctrica (RTE), le toca a Engie jugar el juego de la previsión. El grupo gasista está desviando su visión del futuro energético a escala europea. Mientras el gobierno prepara la próxima ley de programación de energía climática, la energética quiere hacer oír su voz.

Engie está en contra de las decisiones del gobierno que condenarían una tecnología a más o menos corto plazo. Un punto crucial ya que el gobierno multiplica los anuncios a favor de la renovación energética, pero también de la sustitución de calderas de gasóleo o gas. El enfrentamiento promete ser duro. Último argumento: las calderas de gas se fabrican en gran parte en Francia, mientras que las bombas de calor provienen de China….

El mensaje enviado por el grupo está en unos puntos. Si bien se espera que la demanda de electricidad aumente un 80% para 2050, será necesario multiplicar por 6 la producción de electricidad renovable, principalmente solar y eólica. Para llegar a esta conclusión, se examinaron los sistemas energéticos de quince países europeos, incluidos Francia y Alemania. Todas las tecnologías están integradas, pero también las especificidades de consumo de los diferentes países. Catherine MacGregor, directora general de Engie, insiste en un punto específico: “debemos activar todas las palancas posibles de descarbonización para lograr el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 4% anual y alcanzar el carbono neto cero en menos de 30 años. Así, la tasa de reducción de emisiones de CO2 debe multiplicarse por 4. “Debemos ser pragmáticos y no cerrar el lugar a las tecnologías, no hay lugar para la ideología o el dogmatismo”, agregó Catherine MacGregor quien “cree en la importancia del gas. Confiar únicamente en el electrón plantea demasiados riesgos para el sistema”.

La compañía energética sacó una conclusión en siete puntos de su escenario 2050. En primer lugar, es necesaria una pluralidad de opciones tecnológicas, sin un enfoque dogmático. Entonces, para cumplir con los compromisos climáticos europeos, es decir, aspirar a una reducción del 34% en el consumo de energía para 2050, debemos más particularmente masificar la renovación eficiente de edificios. Es necesario “que la producción europea de electricidad eólica y solar se multiplique por 3,5 para 2035 y por 6 para 2050”. A continuación, el almacenamiento de electricidad debe aportar flexibilidad al sistema. Son posibles varias soluciones: como el almacenamiento en baterías o las turbinas de gas de ciclo combinado. Según las estimaciones de Engie, se necesitarán 600 GW de capacidad, una cifra absolutamente colosal.

Engie también defiende en sus conclusiones la importancia del gas que “estará completamente descarbonizado para 2050 y jugará un papel clave en la transición energética”. En Francia, el biometano tendrá un papel preponderante y representará dos tercios de la demanda en 2050, demanda que se reducirá a la mitad. Sobre todo, el potencial de biomasa es “suficiente”. Una posición fuerte, mientras que las voces se alzan en particular dentro del gobierno para afirmar lo contrario. Otro gas importante es el hidrógeno descarbonatado y las moléculas producidas a partir de hidrógeno (moléculas electrónicas). La demanda se multiplicará por 8 en 2050, compuesta en un 75% por el transporte y un 25% por los sectores industriales más difíciles de descarbonizar como el acero. Casi la mitad de este hidrógeno se producirá localmente. Finalmente, las inversiones en infraestructura eléctrica aumentarán enormemente, mientras que la infraestructura de gas existente se puede adaptar a una combinación energética completamente libre de carbono a un costo limitado.

Sobre la base de estos análisis, Engie ha formulado recomendaciones para los responsables políticos franceses y europeos. Esto incluiría estabilizar el marco de inversión para desarrollar energías renovables de electricidad y gas, pero también facilitar y acelerar la conexión a las redes eléctricas. También se debe estabilizar y acelerar la emisión de los permisos necesarios para los proyectos. Para facilitar el desarrollo del sector del hidrógeno, Engie reclama la finalización del marco regulatorio europeo y la garantía de la rapidez en la concesión de financiación pública. También debe tenerse en cuenta la financiación de la reconversión de infraestructuras gasistas para hacerlas compatibles con el hidrógeno. Finalmente, se deben implementar nuevos modelos de remuneración para fomentar el desarrollo de capacidades flexibles.