El martes 6 de junio, los residentes de Nueva York se despertaron con un cielo anaranjado y una espesa neblina que hacía imposible ver desde lo alto de los edificios. De hecho, la ciudad se ha convertido durante unas horas en la más contaminada del mundo, superando a Nueva Delhi. Según el instituto suizo IQAir, el índice superó durante algún tiempo el umbral de 200, lo que equivale a un aire “muy insalubre”.
Este fenómeno es la consecuencia directa de los incendios que actualmente asolan Canadá. Desde hace más de un mes, el país enfrenta incendios forestales de una escala sin precedentes, especialmente en Quebec, a pocos kilómetros de la frontera estadounidense. 214 incendios siguen activos, incluidos 93 fuera de control según el primer ministro Justin Trudeau.
Estos humos de los incendios han vuelto tóxico el aire en Nueva York. Las autoridades incluso han recomendado que las personas en riesgo se queden en casa y protejan sus vías respiratorias con mascarilla. “Si eres neoyorquino con problemas cardíacos o respiratorios, ten cuidado cuando estés al aire libre”, “trata de limitar hoy las actividades al aire libre a lo absolutamente necesario”, alertaron en Twitter.
La “Gran Manzana” se quedó atrás de la capital india, Nueva Delhi, poco después.