Le Figaro Burdeos
La sentencia cayó justo antes del fin de semana largo de Pentecostés. En Gironde, las reglas están cambiando para la venta de bebidas alcohólicas. Hasta ahora, cuando los bares de Burdeos y de la metrópoli cerraban a las dos de la madrugada, todavía era posible levantar el codo en alguno de los bares asociativos de la ciudad. Ahora pueden permanecer abiertos pero ya no venden alcohol después de las dos de la mañana y, por lo tanto, temen la bancarrota.
«Los bares asociativos ofrecen alternativas a las discotecas, un lugar más privado, más pequeño, con sus miembros», explica el Colectivo de asociaciones de Gironda, en el origen de una petición que reunió en pocos días más de 1000 firmas. Para esta organización, que agrupa a los cafés y bares asociativos de la metrópoli de Gironda (entre ellos el Café pompier, el Antídoto o el Club de los poetas dispares), «este decreto creará más consumo, más molestias, más peleas, no más fiestas en apartamentos, no más reuniones en muelles y plazas”. Temiendo las repercusiones de este decreto de la prefectura, las asociaciones en cuestión se sienten «condenadas» por la decisión del prefecto. «Saben que vamos a morir, está en nuestra contra».
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Por su parte, la prefectura de Gironda recuerda que «durante varios años consecutivos y más concretamente desde la reanudación de la actividad tras la crisis sanitaria, las infracciones de las normas relativas a los establecimientos de bebidas, las alteraciones del orden público y la contaminación acústica vinculada a la retransmisión de la música amplificada en los establecimientos de bebidas va en aumento”. Así, entre 2021 y 2022, “aumentó un 148% el número de medidas de policía administrativa ejercidas contra estos establecimientos”.
La prefectura señala explícitamente «la multiplicación de los llamados establecimientos asociativos en Burdeos y en los municipios de la metrópolis» que venden alcohol después de las dos de la mañana, y recuerda que «esta especificidad conduce a un traslado de clientes de bares y restaurantes a estos establecimientos a partir de dos horas”, por lo que “estas estructuras son el origen de ataques regulares contra la paz y el orden público”, en particular en Burdeos. Según la prefectura, estas molestias estarían “directamente relacionadas con las condiciones de funcionamiento y el consumo de alcohol en estos lugares”.