La Unión Europea anunció el jueves 1 de junio su adhesión al Convenio de Estambul para la represión de la violencia contra las mujeres, un paso principalmente simbólico que permitirá aplicar determinadas disposiciones en los Estados miembros que no lo han ratificado.

El Consejo de la UE validó este jueves esta pertenencia, que había recibido luz verde del Parlamento Europeo en mayo.

El Convenio de Estambul, adoptado en 2011 y que entró en vigor en 2014, es un tratado internacional del Consejo de Europa, una organización paneuropea que reúne a 46 países, que establece normas jurídicamente vinculantes para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres.

En particular, obliga a los países miembros a adoptar leyes que repriman la violencia contra la mujer, el acoso sexual, la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado y proporcionar refugios a las víctimas de la violencia. Contiene medidas específicas para la protección de las mujeres migrantes y solicitantes de asilo.

La Unión Europea firmó esta convención en 2017, pero tardó en ratificarla debido a la falta de consenso entre sus estados miembros. 21 países de la UE lo han ratificado, pero entre ellos Polonia ha anunciado su intención de retirarse. Seis países (Bulgaria, República Checa, Hungría, Letonia, Lituania y Eslovaquia) se han negado a ratificarlo. Estos países denuncian para algunos la mención de la palabra “género” en este tratado, viéndolo como un “enfoque ideológico”, y lo acusan de fomentar la inmigración ilegal.

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El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en un dictamen de octubre de 2021, indicó que la UE podría ratificar el Convenio de Estambul sin contar con el acuerdo de todos los estados miembros. Esto allanó el camino para el proceso de adhesión, que la Presidencia sueca del Consejo de la UE ha hecho una prioridad. Esta pertenencia se aplica a los 27 países del bloque, pero solo para las disposiciones que son competencia exclusiva de la UE: las relativas a la cooperación judicial en materia penal, así como las relativas al asilo y el principio de no devolución. La Comisión Europea dio la bienvenida a una «señal fuerte».

En Europa, «una mujer de cada tres ha sufrido violencia física o sexual», recordó la vicepresidenta de la Comisión Europea encargada de valores, Vera Jourova, quien «animó a todos los Estados miembros a tomar las medidas necesarias para prevenir esta violencia y garantizar protección y asistencia efectivas a todas las víctimas».