PARTES SUPERIORES
¡Un gran suspiro de alivio! Tras dos derrotas seguidas en liga en Pau (23-18) y La Rochelle (26-13), el ASM recuperó los colores al dominar este sábado el Stade Français (32-16). Durante mucho tiempo estériles e imprecisos en ataque, los Auvergnats lograron marcar la diferencia después de regresar del vestuario, infligiendo un mordaz 20-0 a sus oponentes. Al final, los de Christophe Urios anotaron cuatro tries de Moala (17º), Fourcade (34º), Beria (66) y Penaud (80º 1). Y el bonus point ofensivo ganado les permite darse un aire al final de la clasificación: ASM sube momentáneamente al 9º puesto con 51 puntos. Pero la temporada -que a pesar de todo no tendrá éxito- no ha terminado. Queda un viaje a Bayona y luego la recepción del Racing 92. Complicado.
Los Auvergnats, con este éxito potenciado por Michelin, respiran un poco mejor. Y pueden agradecer especialmente a dos de sus hombres fuertes: el segunda línea Piceli Yato y el número 8 Fritz Lee que han estado constantemente en la delantera. Varias cargas enfadadas, impactos muy gruesos, el fijiano (que regresaba a la competición) y el neozelandés ofrecieron mucho y permitieron a su equipo revertir una situación mal iniciada. Precioso.
Si el colectivo parisino se derrumbó este sábado en Auvernia, un parisino no obstante confirmó su chispeante forma actual. Sekou Macalou, además de imperial en el toque y en el agarre del balón, también se destacó en un soberbio try que lanzó a su equipo de entrada (6º). Perfectamente servida por un acertado chut de Coville, enganchó a Jauneau para aplanarse en un rol de extremo, donde también brilla con el XV de Francia. La polivalencia del parisino le permite estar presente en las cuatro esquinas del campo. Pequeño punto negro: parecía un poco molesto, perdiendo los nervios, en la primera parte.
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FRACASOS
A pesar de la preciada victoria de este sábado, no olvidamos los recurrentes problemas que atraviesa la ASM. En el primer tiempo, Jules Plisson y sus compañeros mostraron una flagrante falta de realismo. Bien ubicados y emprendedores, sin embargo habían iniciado el encuentro con los pies en el suelo, multiplicando iniciativas y movimientos de gran envergadura. Los jugadores de Christophe Urios tenían las manos en el balón pero ¡qué falta de eficacia! Demasiadas faltas de mano y pequeñas aproximaciones estropearon su buen comienzo de partido. Al descanso, los lideraban 12-16 los parisinos que se alimentaban de sus más mínimas faltas. Un primer acto dominado por la ASM pero sin concretar. Exasperante. Afortunadamente, hubo este despertar después de regresar del vestuario…
Sorprendente ver como la bella máquina parisina se equivocó por completo en el segundo tiempo en la Michelin. Hasta entonces, los jugadores de Gonzalo Quesada estaban limpios en lo que acometían y, sobre todo, se mostraban formidables en defensa, frenando en seco todas las ofensivas del Clermont. Un auténtico acoso en orden. Pero la máquina rosa se equivocó por completo a la hora marcada. Menos impacto, menos nitidez, acumulación de pequeños fallos, el despertar de Auvernia fue fatal para los parisinos. El juego definitivamente cambió a un try de Beria (66º), antes de que Penaud agregara al marcador al final del partido (80º 1). Un segundo acto para olvidar.
Sobre el césped Michelin, Arthur Coville ilustró en solitario todas las desgracias de los parisinos. Limpio en la primera mitad, el medio scrum parisino estuvo detrás de la pérdida de balón que propició el try de Beria. Más allá de esta costosa falla, el ex campeón mundial Sub-20 fue empujado durante mucho tiempo cuando ASM se despertó, cometiendo numerosos errores de mano y de juicio en la segunda mitad. A diferencia de muchos jóvenes campeones del mundo como él, el número 9 formado en el RC Vannes nunca se ha confirmado realmente en el Stade Français. Prueba de que el club parisino no cuenta con él, se unirá al Provence Rugby en Pro D2 el próximo año.