Casi dos meses después de su comparecencia ante el Tribunal Penal de Nantes, Joëlle Kerivin, la ex directora del famoso festival de música clásica de Nantes La Folle Journée, ha fijado su condena. Este jueves, la justicia dictó su decisión. Fue sentenciada a tres años de prisión, incluidos 26 meses de suspensión. En cuanto a los diez meses de prisión, su sentencia ha sido ajustada. Tendrá que hacerlo en casa con el uso de un brazalete electrónico.
Ausente durante la deliberación pronunciada a las 14 horas, el exdirector del evento cultural, desde 2014 hasta marzo de 2021, fue declarado culpable de malversación de bienes sociales, abuso de confianza y malversación de caudales públicos. Tendrá que devolver las deudas que le quedan con la sociedad anónima de economía mixta (SAEM) La Folle Journée, es decir, 232.000 euros. Misma sanción a favor del espacio Simone de Beauvoir, asociación que lucha por los derechos de las mujeres, de la que fue presidenta de 2013 a 2021, a la que deberá reembolsar 61.000 euros.
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Su pena va acompañada de la inhabilitación de por vida para ejercer, con carácter profesional o voluntario, una actividad de gestión financiera. También es condenada a la inhabilitación para administrar o controlar una empresa durante quince años e inhabilitación durante cinco años. También tiene la obligación de ejercer una actividad profesional y de seguir cuidados psicológicos y psiquiátricos.
“El tribunal condenó a Joëlle Kerivin a una sentencia relativamente severa por ir más allá de las requisas”, reaccionó Nicolas de la Taste, abogado de Folle Journée. La fiscalía había solicitado una sentencia condicional de cuatro años de prisión en marzo. El juzgado “tomó la medida de la magnitud de las cantidades malversadas y la duración de los hechos”, ocurridos entre 2014 y 2021, agregó. “El tribunal condenó a Joëlle Kerivin de manera justa y firme después de una audiencia que demostró sus capacidades manipuladoras”, comentó Cécile de Oliveira, abogada del espacio Simone de Beauvoir.
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Durante su juicio el 9 de marzo, Joëlle Kerivin no negó la malversación de dinero. “Reconozco todos los hechos que se me imputan”, dijo en varias ocasiones el cincuentón, invitado a hablar en la barra. “Creo que siempre tuve problemas de gestión personal, que se amplificaron. Caí en una espiral, no logré absolutamente nada y de alguna manera cometí lo irreparable”, declaró, reconociendo que siempre había vivido por encima de sus posibilidades.
Entre el dinero malversado, parte se utilizó para comprar ropa de alta gama, en Zadig y Voltaire, Bash, o financiar servicios de peluquería. «No creo que me perdone por lo que pasó. He decepcionado a personas que son muy queridas para mí. Lo que quiero hoy es reparar e intentar seguir a pesar de todo para seguir adelante”, dijo Joëlle Kerivin durante su juicio.