El gobernante ANC de Sudáfrica ha exigido que el país, criticado desde el comienzo de la guerra en Ucrania por su proximidad a Moscú, abandone la Corte Penal Internacional (CPI), dijo el martes (25 de abril) el presidente Cyril Ramaphosa. La CPI, con sede en La Haya, emitió en marzo una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por el crimen de guerra de “deportar” a niños ucranianos.
Se espera que Pretoria sea sede de una cumbre BRICS (grupo de países que reúne a Sudáfrica, Brasil, China, India y Rusia) en agosto. Como miembro de la CPI, se supone teóricamente que el país debe arrestar al presidente ruso a su llegada al país. “El partido gobernante ha decidido, considerando prudente que Sudáfrica se retire de la CPI”, dijo Cyril Ramaphosa durante una conferencia de prensa posterior a la visita del presidente finlandés Sauli Niinistö. El Congreso Nacional Africano (ANC) se reunió durante el fin de semana. La cuestión de si Sudáfrica arrestará a Putin está «en estudio», agregó el jefe de Estado.
Cyril Ramaphosa explicó que esta decisión se tomó “en gran parte” debido a lo que se percibe como un trato injusto de ciertos países por parte de la Corte. “Nos gustaría que este tema del trato injusto se discutiera adecuadamente, pero mientras tanto, el partido gobernante ha decidido una vez más que tiene que retirarse”, dijo Cyril Ramaphosa. Sudáfrica ya había querido retirarse de la CPI en 2016 después de una visita del expresidente sudanés Omar al-Bashir. Pretoria se había negado a arrestar a este último, que también era objeto de una orden de arresto de la Corte.
Pero la retirada de Pretoria había sido frustrada por la justicia del país, que había considerado que tal decisión sería inconstitucional. Potencia diplomática africana, Sudáfrica se ha negado a condenar a Moscú desde el comienzo de la guerra en Ucrania, afirmando adoptar una posición neutral. Sudáfrica también organizó ejercicios navales con Rusia y China frente a sus costas en febrero, lo que generó «preocupación» en la escena internacional. Los lazos entre Sudáfrica y Rusia se remontan a la época del apartheid, cuando el Kremlin apoyaba al ANC en la lucha contra el régimen racista.