“No se trata” de retiro para Enrico Macías, “84 años y medio”, incluidas seis décadas cantando paz y amor: “¡Lo que más amo en el mundo es ser el cantor, la música y el escenario!”, expresó. confía a AFP, en medio de la gira de aniversario. Una “última gira” por Francia iniciada hace un año y que pasará el domingo por el Palais des Congrès de París, después de Lyon, Lille, Marsella y próximamente Nantes y Vandoeuvre-lès-Nancy. “Estoy feliz de seguir aquí, de levantarme por las mañanas, de dar entrevistas, conciertos… norte, Hijos de todos los países y Mendigo de amor.

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El más oriental de los poetas de la canción francesa explicó por qué necesitaba encontrarse con su público: “Hace 60 años que canto la paz y la fraternidad. Estoy feliz por ello y sobre todo agradecido a la providencia que me ha permitido vivir hasta los 84 años y medio, sin dejar de actuar. El público me da energía. Es el público el que me hace seguir viviendo y cantando”.

Enrico Macias chante L’Oriental

El cantante no tiene palabras lo suficientemente fuertes para saludar la fidelidad de sus fans: “A mi vez, quiero agradecer a mi público y entregar un mensaje: siempre debemos mantener la esperanza, nunca rendirnos ante las pruebas de la vida”. Enrico Macias habrá sabido popularizar la música arabo-andaluza, con más de 150 canciones, entre ellas éxitos inscritos en el patrimonio de la canción francófona. “La música y el éxito me han ayudado a sanar de los traumas y penurias que he conocido”, admite hoy el niño judío de Constantina, en Argelia, arrancado de su tierra natal en 1961. En plena guerra de independencia, Cheikh Raymond Leyris, su suegro que lo introdujo en la música, fue asesinado.

“Viví toda mi juventud en la violencia. Cuando llegué a Francia, era huérfano de mi tierra natal y lo sigo siendo, sin venganza ni odio. Mi canción Hijos de todos los países resume mi ideal de paz y fraternidad entre los seres humanos”, dice la que fuera nombrada embajadora de Naciones Unidas en 1997.

Aterrizado en París, Gaston Ghrenassia, nacido el 13 de diciembre de 1938, se convierte en Enrico Macias en medio de una ola yé-yé. A pesar de una discrepancia total, sus primeras canciones, París, me tomaste en tus brazos, Les Filles de mon pays, Poï Poï Poï, dieron en el blanco.

Celebrará su 30 cumpleaños en el escenario del Carnegie Hall de Nueva York, ante el Royal Albert Hall de Londres tres años después. “Nunca calculé mi éxito o mi carrera. Mi droga es la música que corre por mis venas, por mi corazón. Quiero cantar tanto como sea posible, hasta mi último aliento. Para mi “última vuelta”, mi hijo Jean-Claude tuvo la idea de recrear el tempo de un día, desde el amanecer hasta el atardecer. Empezamos con mis primeros éxitos en un ambiente de music-hall y acabamos con una fiesta total, al son de música árabe-andaluza”, explica Macias.

Hace unos años, la nueva generación (Carla Bruni, Cali, Corneille, Natasha Saint-Pier…) le rindió homenaje interpretando a dúo sus grandes títulos. El cantante, se mantiene atento a nuevos talentos: “No es el mismo estilo que yo pero siempre es original. El talento está haciendo algo especial y nuevo. Y lo principal es el apoyo del público, que es sagrado”, observa. En varias ocasiones, Enrico Macias ha renunciado a regresar a Argelia ante el clamor sistemático de una parte de la clase política que le reprocha su apoyo a Israel. «Sigo con la esperanza», dijo. Si el destino que me queda quiere que regrese a Argelia, no me negaré.