Nadine Fabre se encuentra en la delicada situación de ser a la vez abuela de los hijos de la enfermera desaparecida del Tarn y madre del sospechoso número 1. Tras ser sospechosa durante un tiempo de haber tenido un papel en la desaparición de Delphine Jubillar, desapareció en el La noche del 15 al 16 de diciembre de 2020 en Cagnac-les-Mines, esta mujer de 52 años se retiró del espacio mediático para guardar completo silencio. Durante casi dos años, su hijo, Cédric Jubillar, ha sido acusado de “asesinato de un cónyuge” y puesto en prisión preventiva, pero sigue reclamando su inocencia.

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Si bien la investigación está llegando a su fin y podría conducir a un juicio ante el Tribunal de lo Penal de Tarn para 2024, confió en nuestros colegas de Parisian y France TV. Una palabra surge siete veces durante esta entrevista en el río: “verdad”. La madre del pintor de yeso «desea algún día saber la verdad sobre lo sucedido, en nombre de sus nietos, cualquiera que sea esa verdad», proclama de inmediato su abogada, Me Géraldine Vallat. Los meses posteriores a la desaparición, Nadine Fabre afirma haber «hecho todo para saber la verdad» y sigue queriendo «saber qué pasó». Y para añadir esta frase, cargada de consecuencias: “Y si en verdad es él quien lo hizo…”

Al día siguiente de la fatídica noche, ella no tarda en confrontar a su hijo sobre una posible responsabilidad en esta misteriosa desaparición: “No te lo tomes a mal pero tengo que preguntarte si estás por algo en la desaparición de Delphine”, ella le habría preguntado. “No mamá, nunca podría haberlo lastimado”, habría tenido como respuesta, cerrando definitivamente el tema entre ellos. Durante los siguientes seis meses, siguió asumiendo su papel de abuela de los dos hijos de la pareja, Louis, de 6 años, y Elyah, de 18 meses. «Maman est partie se promener, elle s’est perdue dans la forêt, on fait tout pour la retrouver et elle aussi fait tout pour retrouver son chemin», répète-t-elle au petit garçon qui l’interroge sur l’absence de su madre.

En junio de 2021, fue puesta, al igual que su hijo, bajo custodia policial por “secuestro y reclusión forzosa” por decisión de los dos jueces de instrucción a cargo de este expediente, y luego quedó en libertad sin procesamiento. Durante esta custodia policial se produce un enfrentamiento con su hijo durante el cual le ruega que le diga «la verdad». Atrapada en el torbellino de los medios, luego se ve atrapada por un espectáculo de clarividencia durante el cual dice que está «convencida» de que su hijo es «culpable», antes de retractarse.

Desde entonces, los niños han sido colocados con la familia de Delphine Jubillar y ella no ha podido visitar a su hijo en detención, siendo este último recluido en régimen de aislamiento para su protección. “Nos escribimos de vez en cuando. No me habla de su vida en prisión. Reacciona a lo que le digo sobre las actividades que tengo con los niños cuando tengo la custodia de ellos, eso es todo”, confiesa. Protagonista de uno de los casos criminales más sonados de los últimos años, se niega a pronunciarse sobre la inocencia del único sospechoso, su hijo: “Tu hijo proclama con razón su inocencia desde el inicio del caso. ¿Qué opinas?» «No quiero responder a esta pregunta», concluye en una entrevista.