Se anunció, ahora es oficial. Los gastos de envío de los libros, ya sean comprados en Amazon, en la web de la Fnac, Carrefour o en librería, aumentarán a 3 euros para todos los pedidos inferiores a 35 euros, a partir del 7 de octubre próximo. Anunciada por el gobierno en septiembre, esta nueva tarifa fue ratificada por un decreto, firmado por la ministra de Cultura Rima Abdul-Malak y su colega de Economía Bruno Le Maire, y publicado en el Diario Oficial el viernes. El ejecutivo aún necesitaba el visto bueno de la Comisión Europea para este dispositivo único en el mundo, que obtuvo en febrero.
Para pedidos superiores o iguales a 35 euros, la tasa de gastos de envío se mantiene sin cambios. O 0,01 euro, el vigente desde una ley anterior de 2014. La medida entrará en vigor el 7 de octubre, especificando el decreto del Gobierno que el dispositivo “entrará en vigor seis meses después de su publicación” el 7 de abril.
Este aumento en el precio mínimo tiene como objetivo alentar a los clientes a ir a las librerías en lugar de realizar pedidos en línea. Ataca así la distorsión de la competencia que existe entre los gigantes del comercio electrónico -que fijan el franqueo en 1 céntimo de euro- y los libreros independientes, a los que les cuesta una media de 6 euros de franqueo el mismo envío.
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Tras meses de consultas con los distintos protagonistas, el ejecutivo y Arcep (Autoridad Reguladora de las Comunicaciones Electrónicas, Correos y Distribución de Prensa) han hecho una elección de equilibrio, entre los 2 euros que propugnan la Fnac y las grandes marcas y los 4,50 euros que reclaman los libreros. . Por su parte, Amazon abogó por una tarifa postal “lo más baja posible”, con el fin de “limitar (los) efectos inflacionarios” de esta medida. Esta elección mediana fue justificada por el Ejecutivo, según Les Échos, «teniendo en cuenta una inflación que ya es alta en Francia y por el temor de que el Consejo de Estado recalibrará una tarifa más alta para atentar contra la libertad de los mercados con respecto a las limitaciones europeas”.
El pasado mes de septiembre, tras la divulgación del importe mínimo de gastos de envío elegido, los libreros expresaron su decepción. “Una vez más, la ley no logrará sus objetivos, ya que el nivel de pérdida de márgenes para las librerías que entregan, o quieren convertir a entrega, sigue siendo demasiado alto”, se lamentó con Le Figaro Guillaume Husson, delegado general del Sindicato. de la Librairie Française (SLF), que representa a 600 librerías de todos los tamaños en el país. Francia tiene un total de 3.500 librerías independientes, una de las redes más densas del mundo, que venden «casi uno de cada dos libros».