«Triste Viernes Santo», escribió en un tuit Yannick Moreau, alcalde de Sables-d’Olonne en Vendée. El Consejo de Estado rechazó el recurso de casación de su municipio, después de que el tribunal contencioso administrativo confirmara, el pasado mes de septiembre, que la estatua de San Miguel debía ser retirada del lugar donde había sido instalada. “Es una denegación de justicia. El Consejo de Estado consideró que no hay sujeto de derecho”, lamenta el concejal a Figaro. “La estatua lleva décadas en el paisaje de Arena, podíamos haber esperado al menos que el Consejo de Estado tomara medidas”, añade.
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“La tormenta ‘Woke’ golpeó Les Sables d’Olonne. Ahí estamos, la Francia de 2023 está desmontando sus estatuas”, añade en nota de prensa. Yannick Moreau «toma nota de la decisión porque [él] respeta el estado de derecho, pero [es] también un funcionario electo local que [ha] pedido la opinión de los Sablais sobre esta estatua», suplica. Se organizó una votación en marzo pasado: el 94% de los votantes aprobaron el mantenimiento de la estatua. «Tengo que encontrar un camino que respete la ley, marcado por la máxima jurisdicción administrativa y la voluntad popular», explica el concejal que asegura tener ya «varias pistas».
Esta decisión es la culminación de un largo proceso legal. La estatua, que adornaba el frontón de la escuela gratuita de Saint Michel antes de su venta, había sido tomada por el pueblo e instalada en la explanada de la iglesia. Esto es impugnado por la asociación Vendée de Libre Pensamiento, en nombre del laicismo. En diciembre de 2021, el tribunal administrativo de Nantes falló a favor de la asociación, pero Yannick Moreau apeló.
El tribunal administrativo de Nantes, en septiembre de 2022, ordenó al municipio retirar “esta estatua del dominio público municipal (…) en un plazo de seis meses a partir de la notificación de la sentencia”. Yannick Moreau había recurrido por tanto al Consejo de Estado que decidió este viernes no desestimar este recurso de casación. “Es increíble que en Francia, el máximo tribunal administrativo no considere que una estatua forma parte del patrimonio cultural de un distrito y de una ciudad cuyo escudo lleva una virgen protectora de los marineros”, lamenta el edil.
Para Yannick Moreau, Les Sables-d’Olonne está «acostumbrado a las tormentas», pero la decisión del Consejo de Estado es «una tormenta de un nuevo orden, la del wokism que cayó fría y violentamente sobre una estatua muy inocua».