Al menos 242 personas estaban desaparecidas la mañana del viernes 5 de enero en el centro de Japón, casi cuatro días después del potente terremoto de Año Nuevo, según un informe provisional del departamento de Ishikawa. Las autoridades de este departamento situado en la costa del mar de Japón también han anunciado que ya han contabilizado 92 muertos, una cifra que se espera que aumente aún más mientras los servicios de emergencia siguen buscando entre los escombros del desastre.
El terremoto de magnitud 7,5, sentido hasta Tokio, a 300 kilómetros de distancia, sacudió la península de Noto en el departamento de Ishikawa, una estrecha franja de tierra que se extiende unos cien kilómetros hacia el mar de Japón, derrumbando edificios y devastando carreteras. El plazo de 72 horas, considerado crucial para encontrar supervivientes tras un desastre natural, cerró el jueves, y el gobernador de Ishikawa, Hiroshi Hase, dijo que temía que «la tasa de supervivencia de aquellos que necesitan rescate no caiga repentinamente».
Situado en el Anillo de Fuego del Pacífico, Japón es uno de los países con terremotos más frecuentes. El archipiélago japonés está obsesionado por el recuerdo del terrible terremoto de magnitud 9,0 seguido de un gigantesco tsunami en marzo de 2011 en sus costas nororientales, una catástrofe que dejó unas 20.000 personas muertas o desaparecidas. Este desastre también provocó el accidente nuclear de Fukushima, el más grave desde Chernóbil en 1986.