Hoteles y centros comerciales gravemente dañados, mobiliario urbano derribado, comunicaciones suspendidas: el huracán Otis, categoría 5 en una escala de 5, dejó una estela de destrucción tras su paso por la famosa ciudad balnearia de Acapulco, el martes por la noche. El emblemático Hotel Princess resultó gravemente dañado e incluso parcialmente destruido. Los turistas se protegían en sus habitaciones de hotel con somieres y colchones. Otros se refugiaron en los baños, según vídeos que circulan en las redes sociales. Al amanecer del miércoles, gran parte de Acapulco, que cuenta con cerca de 780.000 habitantes, se encontraba sin electricidad tras un corte preventivo, según informaron medios locales.
“Los daños materiales son devastadores. No tenemos agua, no tenemos luz, pero estamos sanos y salvos”, dijo a Televisa Citlali Portillo, administradora de una residencia para turistas. “¡El edificio se movía como si fuera un terremoto!”, añadió. El huracán de fuerza 5 tocó tierra el miércoles poco después de la medianoche hora local (06:00 GMT) con vientos de 250 km/h. Se había formado muy rápidamente en unas pocas horas frente a la costa del Pacífico de México. Citlali Portillo aseguró en su testimonio que había seguido todos los protocolos de seguridad “pero el huracán superó todas las medidas”.
El huracán afecta especialmente a los turistas, que no pueden llegar a sus seres queridos fuera de Acapulco debido a la interrupción de las comunicaciones telefónicas y de Internet. “No nos dejan salir. Estamos aislados. Espero que me vea alguien de mi familia para saber que estoy bien”, dijo Nely Palacios, una turista mexicana. “Estábamos a punto de descansar. Estábamos en el noveno piso del Hotel Ritz. Las ventanas empezaron a temblar”, dijo. «Nos protegemos», añadió, y afirmó que muchas personas resultaron heridas por las ventanas rotas.
Las imágenes muestran edificios destruidos y hoteles reducidos a sus simples estructuras de cemento. Pocas personas circulaban por la céntrica avenida Miguel Alemán de Acapulco a última hora de la tarde. Tras salir de la Ciudad de México a mitad del día, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aún no ha podido llegar a Acapulco por tierra. La carretera está obstruida por barro, agua y árboles arrancados de raíz. El presidente dijo que aún no tenía información sobre posibles víctimas.