La ministra de Sanidad en funciones, Agnès Firmin Le Bodo, defendió el viernes 5 de enero su visita de la víspera al Instituto Jérôme Lejeune, adscrito a la Fundación Jérôme Lejeune, que lucha contra el aborto y la eutanasia. “Para aquellos a quienes les molesta, la democracia también significa interactuar con personas que no comparten sus ideas. En este caso tuve una discusión con los profesionales de la salud de este instituto sobre el final de la vida”, publicó el viernes la ministra de Salud en su cuenta X (ex Twitter).

Pero “mi visita fue parte del etiquetado como centro de habilidades para discapacidades intelectuales raras (…) Son conocidas mis posiciones sobre la reproducción asistida, el aborto (en la) Constitución y el fin de la vida”, agregó.

El Instituto Jérôme Lejeune es un centro de investigación sobre discapacidad intelectual de origen genético, creado por la Fundación Jérôme Lejeune, procedente de círculos católicos conservadores y ferozmente opuestos al aborto, la reproducción asistida o incluso la eutanasia. Alberga un centro médico con médicos que tratan “a más del 20% de los niños con síndrome de Down en Francia”, según él.

El jueves, la ministra publicó en su cuenta X cuatro fotos de su visita al Instituto, que describe como “un lugar de pasión y energía, donde la innovación y el desarrollo del conocimiento en torno a la discapacidad intelectual se practican con un notable nivel de excelencia.

Pero este primer mensaje y las fotografías que lo acompañan provocaron numerosas reacciones en la red social, que fustigó “a todo el equipo católico de IVG”. «El progresismo macroniano tiene un sabor extraño», bromeó el senador comunista de Altos del Sena, Pierre Ouzoulias, denunciando este «elogio» del ministro «a la Fundación Lejeune, la meca del conservadurismo, opuesta a la IVG y a un gran número de investigaciones médicas». .

“En momentos en que el Ejecutivo pretende constitucionalizar el aborto, se me escapa la lógica (de esta visita)”, comentó un usuario. En un comunicado de prensa publicado el viernes, la Fundación Jérôme Lejeune «denuncia» una «polémica totalmente inapropiada» y precisa que el ministro vino a visitar el Instituto, y «no la Fundación».

«El verdadero escándalo (…) es que el Estado apenas financia» las actividades asistenciales del Instituto, escribió en una declaración a la AFP. Agnès Firmin Le Bodo se convirtió en ministra interina de Salud tras la dimisión de Aurélien Rousseau, por desacuerdos sobre la ley de inmigración.

Ella fue la pieza clave del proyecto de ley sobre el final de la vida, que debería permitir legalizar una forma de suicidio asistido. Si bien abundan los rumores de una reorganización, ella se ve debilitada políticamente por un caso de obsequios ilícitos recibidos en el marco de sus anteriores funciones como farmacéutica.