Le Figaro Burdeos

Su inquietante desaparición fue denunciada por su familia a la policía el 22 de agosto. Durante cuatro días, Mourad Lasri, de 43 años, no había dado señales de vida. La noche de su desaparición, el cuarentón estaba «posando en la rue quai Bacalan con amigos», cuando recibió una llamada telefónica hacia las 22 horas. «Voy a ver a dos chicos, voy a buscar algo», son las últimas palabras que dirigió a sus amigos antes de marcharse dejando atrás su patinete eléctrico y sus pertenencias. Nunca volvió por ellos.

Once días después, la madre de sus dos hijas se encuentra muy preocupada. Al igual que los amigos de su excompañero, asegura que Mourad Lasri nunca habría desaparecido por voluntad propia. «Hay algo mal. Teníamos una cita al día siguiente y teníamos planes para el cumpleaños del pequeño, que cumplió 2 años el 23 de agosto. Nunca se lo habría perdido. Llama a sus hijas de cinco a seis veces al día”, dijo. Antes de agregar: “También tuvo que trabajar en el dormitorio grande. Y tampoco llamó a Marruecos, aunque para él la familia lo es todo».

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Si sus familiares aseguran que no tenía ningún enemigo conocido en el barrio, están aún más preocupados porque Mourad Lasri salió de prisión el 3 de abril tras cumplir una condena de dos años por tráfico de drogas. ¿Fue víctima de un ajuste de cuentas? “Nos imaginamos lo peor. Hoy en día la gente te planta y te mata por un cigarrillo o cinco euros. Creemos que la gente mala le hizo daño y que lo dejaron en algún lugar del “bosque”, confiesa una de sus amigas.

La noche de su desaparición, Mourad Lasri se fue sin sus documentos de identidad, que le habían robado tiempo antes, según su exnovia. Y según ellos, aunque no tiene permiso de conducir ni coche, su teléfono móvil se habría limitado sucesivamente a Lormont, Saint André-de-Cubzac, Saint Gervais y Cavignac. Ciudades situadas a varios kilómetros de Burdeos, de difícil acceso en transporte público después de las 22 horas de un viernes por la noche.

Las cacerías realizadas por sus familiares en estas localidades, así como las distintas llamadas realizadas a los hospitales de los alrededores, no tuvieron éxito. “Es posible que haya sido secuestrado. Nunca se sabe en este entorno… Nos preguntamos si lo encontraremos a tiempo”, preocupa su excompañero, cuyas esperanzas de encontrar con vida al padre de sus hijos van menguando conforme pasan los días. “Era un buen hombre a pesar de su negocio. Realmente no se merece esto, espero que lo encontremos”, insiste uno de sus amigos. La investigación policial, que se basa en particular en datos sobre la datación de la persona desaparecida, continúa.