«El riesgo terrorista sigue siendo muy significativo». A medida que se acercan varios acontecimientos importantes, como los Juegos Olímpicos de 2024 o la visita del Papa a Marsella, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, hizo sonar la alarma a nuestros colegas del Oeste de Francia. Volvió así al riesgo de un resurgimiento de un ataque islamista orquestado desde el extranjero, confirmando la reciente amenaza de Al Qaeda en una revista de propaganda, que Le Figaro había revelado la semana pasada. “Estas amenazas imprecisas se dirigen primero a Suecia y luego a Francia. Como siempre, los tomamos en serio”, afirmó.
Gérald Darmanin también habló de la “reconstitución en varios lugares de las células de Al Qaeda y del Estado Islámico, a pesar de la acción de la coalición internacional en los últimos años”, haciendo la misma observación que el presidente del Centro de Análisis del Terrorismo. Jean-Charles Brisard, entrevistado por Le Figaro con motivo de la publicación de la revista Al-Qaeda. «Esto es cierto en el Sahel y especialmente en el Levante y Afganistán, donde, desde el regreso de los talibanes, se están recreando redes de drogas que probablemente financien el terrorismo», precisó el Ministro del Interior. “Estas células organizadas podrían proyectar a los yihadistas a los que entrenan in situ, infiltrándose, por ejemplo, en las olas migratorias”. Deplora, por tanto, el riesgo de que estos pequeños grupos puedan controlar a los terroristas a distancia.
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Para Gérald Darmanin, la amenaza «endógena», la de las personas que se radicalizan solas en suelo francés, a través de contenidos yihadistas en Internet, sigue siendo importante y «más difícil de detectar». Estas personas «actúan con muy pocos medios (armas blancas, vehículos embestidos) por motivos de radicalización religiosa, por mimetismo o por fragilidades psiquiátricas», declaró el ministro.
Desde el punto de vista estadístico, el inquilino de Beauvau reveló que 5.273 personas son vigiladas por los servicios de inteligencia, porque son susceptibles de actuar o están en contacto con otras personas que podrían llevar a cabo acciones violentas. Se trata principalmente de personas radicalizadas, retornados de la zona iraquí-siria o condenados por terrorismo que salen de prisión.
Además, “a cualquier extranjero que atente contra el orden público se le retira el permiso de residencia y, a petición mía, se le expulsa sistemáticamente”, regaña Gérald Darmanin. “Se trata de 89 personas inscritas en el expediente de informes para la prevención de la radicalización de carácter terrorista (FSPRT) este año, y 795 desde 2017”.
El Ministro del Interior tampoco descarta el riesgo terrorista de una «pequeña parte de la ultraizquierda, que no debe subestimarse», y de «la ultraderecha en particular desde hace cinco años, con los supremacistas blancos y los aceleracionistas». – que se están preparando para una guerra racial”. Según el ministro, diez proyectos fueron frustrados.