Charles Caudrelier cederá parte de su liderazgo en la cima del Arkéa Ultim Challenge. Al mando del Maxi Edmond de Rothschild, el regatista tomó la decisión el jueves por la tarde de suspender su regata “por un período aún determinado”, informó su equipo en un comunicado de prensa. En cuestión, las condiciones meteorológicas previstas para este fin de semana en los alrededores del Cabo de Hornos, que resultan ser “absolutamente incompatibles con el paso del famoso peñón”.
Un enorme sistema de bajas presiones se extenderá por esta zona situada en Tierra del Fuego, en el extremo sur de América Latina, poniendo en peligro toda navegación. Según las previsiones se esperan fuertes vientos (ráfagas de entre 50 y 70 nudos) y marejada muy agitada.
“Esperamos pacientemente, para poner todas las posibilidades de nuestro lado, y esperábamos que con el paso de los días la situación general mejorara. Pero, por el contrario, se ha deteriorado notablemente. Con semejante situación meteorológica era absolutamente imposible dirigirse hacia el Cuerno. Se trataba de una emboscada que nos habría cercado sin posibilidad de escape, ya que en el sur estamos limitados por la zona de exclusión antártica”, confiesa Erwan Israel, del equipo meteorológico Edmond de Rothschild.
El tiempo de espera aún no está claramente definido y depende enteramente de la evolución de las condiciones en la aproximación al Cabo de Hornos, pero “ya está claro que se contará en decenas de horas”, precisa el comunicado. Para Charles Caudrelier, es una oportunidad para descansar, pero también para realizar “algunos trabajos y controles solicitados por su equipo técnico”.
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“Sabía que esta regata iba a ser una aventura y así lo confirmo”, declaró el regatista. ¡El Cabo de Hornos todavía no nos deja pasar! Hay una depresión enorme que se presentará ante nosotros y con mis enrutadores hemos elegido ser pacientes. Tenemos una buena ventaja e intentaremos mantenerla tanto como sea posible. Afirma que es la primera vez que se encuentra en una situación así en carrera y expresa su frustración, pero prefiere “ponerlo en perspectiva en relación con [sus] compañeros de atrás”. Y para concluir: “Tengo un barco y un hombre en muy buena forma. Sigo sonriendo y mantengo una actitud positiva, aunque seguramente estaré ansioso por ver disminuir los kilómetros. Una semana de antelación quizás era mucho y sin embargo eso era lo que me esperaba allí, pero el Cabo de Hornos, con más de un día de antelación, es el sueño de cualquier mundial de gira y creo que tendré más que eso”.