Los abogados de miembros influyentes del crimen organizado de Montreal sospechosos de haber estado implicados en el asesinato del líder de la banda Arsène Mompoint han fracasado en su intento de limitar el período durante el cual los agentes de policía podrán conservar los bienes confiscados a sus clientes.
El pasado mes de diciembre, los investigadores de la Sûreté du Québec, que investigan el asesinato de Mompoint cometido en Kanesatake el 1 de julio de 2021, incautaron en bloque 32 teléfonos móviles, un disco duro, tabletas, relojes de lujo e incluso armas de fuego a tres personas a quienes el vínculo policial con la mafia de Montreal, Pietro D’Adamo, Vito Salvaggio y Davide Barberio, y otros tres miembros de bandas: Jean-Philippe Célestin, Dany Sprinces Cadet y Emmanuel Zéphir.
Tras un registro, la policía puede conservar los bienes incautados durante al menos tres meses. Pero si quieren ampliar los plazos de retención de los bienes embargados, entonces deberán acudir a un juez.
Sin embargo, la Fiscalía solicitó en marzo pasado un plazo adicional de un año, que es el plazo máximo para tal solicitud, pero la solicitud fue impugnada por los abogados de las personas objeto de los registros.
La Corona alegó en particular la complejidad de la investigación en curso y la duración y dificultades de los pasos tecnológicos destinados a acceder a los datos contenidos en los teléfonos.
Por su parte, la Defensa teme que una prórroga tan larga de la detención de los bienes incautados sea arbitraria, ya que los investigadores no saben si podrán abrir los teléfonos aún inaccesibles, y que provocaría un espíritu de complacencia entre los investigadores que estarían menos ansiosos por completar su investigación.
A principios de abril, la policía había extraído con éxito los datos de la mitad de los 32 teléfonos incautados.
En decisión dictada el martes, el juez Dennis Galiatsatos del Tribunal de Quebec aceptó la moción y autorizó la detención de la propiedad en cuestión hasta el 7 de marzo de 2025.
El magistrado concluye que los elementos incautados son relevantes para la investigación, que es compleja y que con 30 investigadores asignados a la investigación, la policía está demostrando que no da largas.
“Dada la cantidad de dispositivos analizados y el volumen de datos, se requiere un tiempo considerable para analizarlos y cotejarlos con el resto de la evidencia. Según la experiencia personal (del investigador que testificó), un solo dispositivo puede tardar alrededor de un mes”, escribió el juez en su decisión.
Aunque el magistrado está de acuerdo con la Fiscalía, la critica, afirmando que las pruebas relativas al proceso pendiente «dejan mucho que desear».
Al juez le hubiera gustado que un empleado del Módulo Tecnológico de la SQ hubiera declarado para obtener “respuestas informadas sobre lo que queda por hacer, lo que aún se puede hacer y lo que parece concretamente imposible”.















