Esta mañana temprano, Israel se vio sacudido por un brutal e inesperado ataque de Hamas contra su territorio, que aún continúa. Cuando despertamos, el mundo entero pudo comprobar, a través de innumerables vídeos que circulaban en las redes sociales, el horror de los combates en curso. Muy rápidamente, las reacciones de la clase política llegaron a raudales. En francés, inglés y hebreo, el presidente Emmanuel Macron “condenó enérgicamente los ataques terroristas” y aseguró a Israel el apoyo de Francia.
En X (ex-Twitter), Marine Le Pen recordó que “el terrorismo no se puede tolerar” y que está “más que nunca del lado de la democracia israelí”. El presidente republicano, Éric Ciotti, brindó su “apoyo total a Israel” y consideró que “el deber de Francia es estar más fuertemente al lado del Estado judío”. Por su parte, Éric Zemmour (Reconquista) envió sus “pensamientos y apoyo al pueblo israelí que todavía sufre la yihad en su suelo”.
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Si la inmensa mayoría de los dirigentes políticos de todos los bandos se sintieron conmovidos por la agresión de Hamás, La Francia Insumisa, por otra parte, se destacó justificándola en parte. En un comunicado de prensa publicado en X, el partido de extrema izquierda optó por no condenar. Incluso cree que “la ofensiva armada de las fuerzas palestinas lideradas por Hamás se produce en un contexto de intensificación de la política de ocupación israelí en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este”, culpando así al Estado hebreo. Y cuidando de no precisar que Hamás es considerada una organización terrorista por muchos países.
Lo mismo ocurre con el diputado del LFI Louis Boyard, que no condena y lamenta que “Francia haga la vista gorda ante la colonización y los abusos en Palestina” y que “recupere la violencia del Estado israelí y de los grupos armados palestinos”.
Ninguna condena tampoco por parte de Jean-Luc Mélenchon, que deplora “la violencia desatada contra Israel y en Gaza”, poniendo así al mismo nivel el ataque terrorista de Hamás y la respuesta israelí.
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Estas declaraciones despertaron la ira de los socialistas electos, aliados del partido de Jean-Luc Mélenchon en el Nupes. “Los judíos siempre son responsables de lo que les sucede. Es una constante en el discurso antisemita”, respondió el senador del PS Laurence Rossignol a Louis Boyard.
“A los idiotas útiles de los terroristas de Hamás que los exoneran poniendo las cosas en perspectiva en nombre del impasse político del conflicto palestino-israelí, la continuación de la colonización, Netanyahu… me dan asco. Que los encontremos en la izquierda es insoportable”, afirmó el diputado socialista Jérôme Guedj.
El presidente del Tribunal de Cuentas y ex ministro socialista, Pierre Moscovici, salió de su reserva para juzgar el posicionamiento de LFI «tan impactante como desesperado».
El diputado del LFI, François Ruffin, se mostró menos ambiguo que sus colegas. “Condena total del ataque de Hamas”, escribió en X, diciendo que temía la “respuesta del gobierno israelí más brutal en 30 años”. Una observación “compartida” por su colega Alexis Corbière.
En el otro lado de la izquierda, la secretaria nacional de Europa de Ecología, Les Verts Marine Tondelier, expresó su «inmenso temor ante el horror de los ataques», pero pidió a Israel que no tenga «una reacción indiscriminada hacia los civiles de Gaza».
Más directamente, el secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, expresó su “condena sin reservas del ataque de Hamás”, que considera “inaceptable e injustificable”.
