Mohamed Lamine Aberouz, juzgado por complicidad en el asesinato de una pareja de policías en su domicilio de Magnanville (Yvelines) el 13 de junio de 2016 en nombre de la organización Estado Islámico (EI), fue condenado el miércoles a cadena perpetua , acompañada de una pena de seguridad de 22 años.
El Tribunal Especial de París siguió al pie de la letra las solicitudes del fiscal. El fiscal general había pedido la pena máxima contra el acusado, que no dejó de proclamar su inocencia durante el juicio.
Cuando se anunció el veredicto, recibido en gran silencio, el acusado se desplomó en su banco antes de ser consolado por sus abogados. Este último declaró a la AFP que recurriría «en un 99,9%». “El tribunal llegó a la conclusión de que Mohamed Lamine Aberouz estaba totalmente comprometido con la ideología del Estado Islámico. Y nos resulta difícil encontrar la más mínima condena por parte de este grupo”, afirmó el presidente Christophe Petiteau al anunciar el veredicto.
Mohamed Lamine Aberouz, de 30 años, fue declarado culpable de todos los cargos: complicidad en el asesinato terrorista de una persona con autoridad pública, complicidad en el secuestro de un menor y asociación criminal terrorista. La tarde del 13 de junio de 2016, Jessica Schneider, de 36 años, agente de policía de la comisaría de Mantes-la-Jolie, fue degollada delante de su hijo de tres años, justo después de regresar a casa. Poco después, su compañero, Jean-Baptiste Salvaing, de 42 años, comandante de la comisaría de Mureaux, fue apuñalado con la misma arma cuando se disponía a regresar a casa. Herido de muerte por nueve puñaladas, el policía tuvo tiempo de dar la alarma antes de sucumbir.
Amigo de infancia del asesino Larossi Abballa, asesinado a tiros la noche del incidente durante el asalto de los agentes de policía de la redada para liberar al hijo de la pareja secuestrada, Mohamed Lamine Aberouz afirmó durante el juicio que no estuvo presente en el lugar del crimen. tarde del ataque. “El único culpable”, aseguró, fue Larossi Abballa, conocido por los servicios de inteligencia por su implicación en el movimiento islamista. Pero los investigadores encontraron un rastro del ADN de Mohamed Lamine Aberouz en el reposamuñecas del portátil de las víctimas. Este elemento da fe de la presencia del imputado en el domicilio de las víctimas, estimó la Fiscalía.