El mal humor, después del decepcionante resultado de la unión Europea, ha tenido un peso. La presión de la parlamentaria y, sobre todo, de los grandes de la parte que ha llevado a Silvio Berlusconi a intentar una vez. Para dar vida a una fase dos de la fiesta de los 25 años de su nacimiento. Por cambiar la constitución, y dando paso a una especie de secretaría de política antes de un Congreso que debe realizarse dentro del año.