A Justine Braisaz-Bouchet le costó contener sus emociones en el podio de la salida masiva del Campeonato del Mundo de Biatlón este domingo. Dos años después de su título olímpico en la especialidad, la francesa volvió a subir al techo del mundo en Nove Mesto (República Checa).

“La música siempre te hace llorar un poco”, explicó el biatleta ante el micrófono del canal L’Équipe, emisora ​​de la competición, momentos después de derrumbarse al escuchar la Marsellesa.

Después de esta hazaña y del bronce de su compatriota Lou Jeanmonnot, Francia está más que nunca en lo más alto del ranking de medallas (12, de las cuales seis de oro), antes de la última prueba, la salida masiva masculina. La delegación francesa supera así las 11 medallas traídas de Oslo en 2016.

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