Una declaración controvertida. En Bélgica, el ministro flamenco de Educación, Ben Weyts, anunció el miércoles 30 de agosto al diario belga Het Nieuwsblad que quería que se prohibieran en las escuelas todas las lenguas distintas del holandés después de la educación flamenca.

“El holandés es la materia que hace posibles todas las demás materias. Debemos enviar este mensaje a los padres: su hijo no tiene las mismas posibilidades de éxito que los demás si llega tarde al primer grado, afirmó el ministro regional, que oficia en el gobierno flamenco, uno de los cinco gobiernos regionales del país. de los cuales el estado es federal. Los padres también deben asegurarse de que sus hijos tengan contacto con el holandés después (de la escuela), de lo contrario serán malos padres. Tienes que atreverte a decirlo”.

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Según nuestros colegas del medio belga Le Soir, el ministro propone prohibir otras lenguas, incluido el francés, en clase y en el patio de recreo, a través del reglamento escolar de los establecimientos. Los cursos de idiomas extranjeros no se ven afectados. También propone establecer objetivos mínimos en holandés para los alumnos de tercer año de guardería, a partir de los 5 años. Miembro de la Alianza Neoflamenca (NVA), partido político nacionalista flamenco, Ben Weyts también quiere una inversión de 20 millones de euros al año para mejorar el conocimiento del idioma neerlandés de los niños cuya lengua materna es diferente.

Propuestas que no pasan por el Ministerio de Educación de la Federación Valonia-Bruselas, también llamada Comunidad Francesa, una de las otras cuatro regiones del país. “No estamos considerando prohibir a los niños hablar un idioma distinto del francés. La cuestión no surge ”, indica a La Tarde el gabinete de la ministra de Educación, Caroline Désir (PS).

En Bélgica son oficiales tres idiomas: francés, holandés y alemán. El idioma francés es el más hablado en el país, especialmente en el sur. El holandés le sigue de cerca, sobre todo en el norte, en la región flamenca. Pero los escolares cada vez lo hablarían y leerían menos. Lo que Ben Weyts lleva denunciando desde hace varios meses.

Ya en enero de 2023, el ministro había causado polémica al afirmar que quería castigar a los padres de niños que no hablan suficiente holandés, después de que las pruebas realizadas en la escuela revelaran que el 14% de los alumnos de cinco años necesitaban apoyo en holandés. «Debemos pensar en las posibilidades de intervenir cuando los padres huyen manifiestamente de su responsabilidad parental, por ejemplo interviniendo (en las asignaciones familiares) o en las primas gubernamentales», indicó el nacionalista flamenco, según el medio SudInfo.be. “No se trata de una sociedad que impone multas a las madres y a los padres que hablan con sus hijos una lengua que no sería apropiada para una autoridad. El holandés es importante, la libertad también”, reaccionó entonces la diputada flamenca Gwendolyn Rutten.