El Alto Representante Internacional en Bosnia, Christian Schmidt, utilizó este sábado sus poderes especiales para anular una controvertida ley, adoptada recientemente por la entidad serbia de Bosnia, que se niega a reconocer las decisiones del Tribunal Constitucional de Bosnia.

La Asamblea de la República Srpska adoptó a fines de junio un texto que prohíbe la implementación en el territorio de la entidad serbia de las decisiones tomadas por la Corte Constitucional de Bosnia. Christian Schmidt, anuló esta ley al considerar que afectaba el orden constitucional del país balcánico sacudido por una nueva crisis política.

El Parlamento de la República Srpska también aprobó el 21 de junio una ley destinada a hacer inaplicables en esta entidad serbobosnia las decisiones tomadas por el Alto Representante Internacional, cuyo papel es velar por el cumplimiento del acuerdo de paz de Dayton que en 1995 puso fin a la inter -Guerra comunitaria en este país. Christian Schmidt también canceló esta ley.

Las dos leyes provocaron fuertes reacciones en el país, en particular de los líderes bosnios (musulmanes), algunos lo vieron como “la amenaza directa a la paz en Bosnia”, pero también de Washington, París o incluso Berlín. “Las recientes decisiones tomadas por la Asamblea de la República Srpska representan una violación directa del orden constitucional de Bosnia y Herzegovina, y también del acuerdo de paz de Dayton”, declaró el diplomático alemán en una rueda de prensa en Sarajevo.

Christian Schmidt aclaró que las leyes adoptadas no entrarían en vigor y que «todo el procedimiento» relativo a ellas se consideraba ahora «concluido». Incluso antes de que el Alto Representante Internacional anunciara su decisión, el presidente de la República Srpska (RS), Milorad Dodik, declaró que no se respetaría ninguna decisión de este último. “No estamos listos para inclinar la cabeza. RS no aceptará ninguna decisión del falso Alto Representante”, dijo Milorad Dodik. La Embajada de Estados Unidos en Sarajevo, por su parte, anunció que «respalda firmemente» la decisión del Alto Representante.

Esta legislación fue adoptada por iniciativa del presidente de la República Srpska, Milorad Dodik, que acusa al Tribunal Constitucional de tomar decisiones en detrimento de la entidad serbia y que pide su reforma, en particular la salida de los jueces internacionales. Estos jueces internacionales se sientan allí junto a seis jueces locales (dos bosnios, dos serbios y dos croatas). “En lo que respecta a Schmidt, sus decisiones no valen nada. No se aplicarán”, dijo Milorad Dodik en una conferencia de prensa el viernes. Cercano al Kremlin, es objeto de sanciones estadounidenses y británicas tras haber multiplicado las amenazas separatistas en los últimos años.