La deforestación en la Amazonia brasileña se redujo a la mitad el año pasado, según cifras oficiales publicadas el viernes 5 de enero, un éxito del Presidente Lula, que había prometido luchar decididamente contra el fenómeno.

Sin embargo, en la sabana del Cerrado, al sur de la selva amazónica, ocurre lo contrario: la destrucción allí ha alcanzado un nuevo récord anual, con un aumento del 43% respecto a 2022, según el programa gubernamental de seguimiento de la deforestación.

En total, el año pasado se destruyeron 5.152 km² de bosque en la Amazonia brasileña, un 50% menos que en 2022. El bosque tropical más grande del mundo desempeña un papel vital contra el calentamiento global, mediante la absorción de emisiones de carbono.

Al mismo tiempo, el Cerrado, un ecosistema rico en una inmensa biodiversidad y estrechamente vinculado a la Amazonia, perdió más de 7.800 km² de vegetación el año pasado, la cifra más alta desde que comenzaron las mediciones en 2018. “Hemos visto grandes victorias ambientales en 2023 “La importante reducción de la deforestación en la Amazonia es una de ellas”, respondió Mariana Napolitano, de la ONG WWF-Brasil.

Leer tambiénBrasil: Lula anuncia un nuevo plan contra la deforestación del Amazonas

“Pero lamentablemente no observamos la misma tendencia en el Cerrado”, añadió, destacando los “ataques” a este ecosistema y los “servicios” que proporciona. Organizaciones ambientalistas han acusado al gobierno del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva de hacer la vista gorda ante la destrucción del Cerrado, mucho menos famoso a nivel mundial que el Amazonas, para satisfacer al poderoso sector agroindustrial brasileño.

Los datos de la Amazonia y el Cerrado se actualizaron hasta el 29 de diciembre. En total, en 2023 se arrasaron 12.980 km² en las dos regiones, un 18% menos que en 2022. Después de su victoria sobre el expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro en unas reñidas elecciones en 2022, Lula volvió a la cabeza del país en enero. 1 de enero de 2023, prometiendo que Brasil estaba “de regreso” como socio en la lucha por el clima.

Durante el mandato de Jair Bolsonaro (2019-2022), aliado del agronegocio, la deforestación anual en la Amazonía aumentó en promedio un 75% respecto a la década anterior. Los expertos dicen que la destrucción en el Amazonas y el Cerrado se debe en gran medida a la ganadería y la agricultura intensiva en Brasil, líder mundial en exportaciones de carne vacuna y soja.