Un hombre de cuarenta años que practicaba chemsex fue condenado el lunes en Burdeos a diez meses de prisión, nueve de los cuales suspendidos por tráfico de drogas, admitiendo ser «adicto» tras haber sido encontrado inconsciente durante una velada dedicada al sexo bajo los efectos de las drogas.

El imputado, que permaneció en prisión preventiva durante un mes, salió libre del juzgado penal. La fiscalía había solicitado tres años de prisión, de los cuales 18 meses con suspensión de la pena.

Este hombre de 42 años admitió haber vendido estupefacientes desde 2021, tras descubrir durante el confinamiento el chemsex, un término basado en la contracción de “sustancias químicas”, que se refiere al hecho de consumir productos psicotrópicos con el objetivo de intensificar y prolongar las relaciones sexuales. Este ex deportista profesional, sin antecedentes penales, fue descubierto el 15 de marzo tirado en ropa interior en el suelo de un apartamento de Airbnb por la señora de la limpieza, en presencia de 3MMC, éxtasis y GHB.

Hospitalizado y luego puesto bajo custodia policial, el hombre de 40 años explicó su malestar por una sobredosis accidental al beber un vaso de agua, después de una velada de chemsex con «tres o cuatro» otros hombres. “Era un cristal opaco y dentro había GHB”, dijo en la audiencia el acusado, con la cabeza rapada, facciones finas y una camiseta negra entallada. “De repente perdí el conocimiento (…) Me desperté en el hospital”, dijo, admitiendo ser “adicto” al 3MMC.

Revisando sus cuentas bancarias y su cuenta de Telegram llamada “Astrotrip”, los investigadores encontraron rastros de 42.000 euros en transferencias recibidas y alrededor de un centenar de clientes. «Es un gran problema de salud pública y lo vemos en Burdeos», declaró la representante del fiscal Marion Mare en sus solicitudes. «Jugamos a aprendices de química sin controlar nada, corremos el máximo peligro de cometer un error que puede llevarnos a la muerte». Este caso se juzga tras la muerte de tres hombres que practicaban chemsex desde mediados de marzo en Burdeos. La fiscalía no estableció “ningún vínculo” entre estos casos, ni con el juzgado el lunes.

Anaïs Karapetian, abogada defensora, alegó el “descenso a los infiernos” de un ex deportista cuya carrera se vio interrumpida por graves lesiones en la rodilla. “El presidente fue sensible al hecho de que estaba atendiendo las necesidades relacionadas con su adicción y fue suficientemente honesto durante el procedimiento. Demuestra un deseo real de superarlo”, respondió el abogado a la AFP.