Las autoridades de transición de Burkina Faso decretaron este jueves una «movilización general» para «dotar al Estado de todos los medios necesarios» para hacer frente a los ataques yihadistas que golpean el país.

“Es sobre todo a través de este decreto para dar un marco legal, legal a todas las acciones que se implementarán para hacer frente a la situación que vive Burkina Faso”, especifica un comunicado de prensa de la presidencia, publicado en el comunicado de prensa. el Consejo de Ministros.

“Ante la situación de seguridad que atraviesa Burkina Faso, la salvación de la nación depende de un estallido nacional de todas las hijas e hijos para encontrar una solución”, indicó el Ministro de Estado, Ministro de Defensa y Asuntos de los Veteranos, Coronel Mayor Kassoum Coulibaly. Sin embargo, los contornos precisos de esta movilización no han sido detallados.

“La movilización general hace aplicables ciertas medidas de defensa en todo el territorio. Conduce a un estado de emergencia en las partes del territorio en cuestión”, dijo a la AFP una alta fuente de seguridad. Las autoridades también decretaron el «aviso» que, según la fuente de seguridad, recoge un conjunto de medidas decididas por el Jefe de Estado encaminadas a «asegurar la libertad de acción del gobierno (…) y garantizar los operativos de movilización de seguridad o la puesta en acción de las fuerzas armadas”.

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Según la ley sobre la organización de la defensa nacional, «en caso de peligro que amenace la seguridad y la integridad territorial, la seguridad de las instituciones y la de las poblaciones, el Jefe de Estado podrá, además del estado de excepción, decretar para todos o parte del territorio nacional: alerta, estado de excepción, movilización general”.

Burkina Faso, escenario de dos golpes militares en 2022, está atrapada desde 2015 en una espiral de violencia yihadista que apareció en Malí y Níger unos años antes y que se ha extendido más allá de sus fronteras. La semana pasada, 44 civiles murieron en un ataque a dos aldeas en el noreste del país, cerca de la frontera con Níger. La violencia se ha cobrado más de 10.000 vidas en los últimos siete años -civiles y soldados- según ONG, y unos dos millones de desplazados.