El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, estimó el jueves 16 de mayo que la victoria de los socialistas en las elecciones regionales en Cataluña puso fin a “una década de divisiones” en esta región donde los separatistas intentaron secesionarse en 2017.

“La victoria del PSC (…) pone fin a una década de divisiones y resentimientos en la sociedad catalana y abrirá sin duda un período de entendimiento y convivencia”, juzgó el líder socialista, en su primer discurso público sobre estas elecciones. En el poder durante una década en esta región del noreste de España, los partidos separatistas catalanes perdieron su mayoría el domingo en el parlamento local en una votación ganada por los socialistas.

Pedro Sánchez quiere ver en este resultado la validación de la política de apaciguamiento llevada a cabo en la región desde su llegada al poder en 2018, pocos meses después del intento de secesión de octubre de 2017. El presidente del Gobierno indultó así a los líderes separatistas condenados en 2021 a prisión por su papel en 2017 y acordó el año pasado aprobar una ley de amnistía, criticada por la oposición de derecha, a cambio del apoyo de los partidos catalanes para su regreso al poder en noviembre.

Esta ley, que deberá ser aprobada definitivamente por los diputados en las próximas semanas, debería permitir el regreso a España del líder de los separatistas en 2017, Carles Puigdemont, que había huido a Bélgica para escapar de la justicia española. A pesar de la disminución del voto independentista, Puigdemont, que quedó segundo en las elecciones regionales detrás de los socialistas con su formación Junts per Catalunya (Juntos por Cataluña), tiene la intención de postularse para la presidencia de la región al frente de un Gobierno minoritario independentista.

El jueves indicó que había iniciado “contactos discretos” con otros grupos con vistas a negociar su apoyo. “Tenemos una oportunidad, la vamos a aprovechar hasta el final”, explicó desde Perpiñán, ciudad francesa situada no lejos de la frontera española.

Al frente de la región desde hace tres años, el otro gran partido separatista, ERC (Izquierda Republicana de Cataluña), sufrió un amargo revés el domingo y se encuentra en medio de una crisis. No obstante, seguirá siendo decisivo en la formación del próximo gobierno. El candidato socialista Salvador Illa, ex ministro de Sanidad de Pedro Sánchez, necesitará su apoyo para aspirar a presidir la región, al igual que Carles Puigdemont.