China experimentó en 2023 el año más caluroso desde que comenzaron los registros meteorológicos hace más de sesenta años, informó el martes 2 de enero la televisión estatal, citando al centro nacional del clima. «En 2023, la temperatura media a nivel nacional fue de 10,7°C, o (…) la más alta desde 1961», indicó la cadena CCTV, después de un verano abrasador marcado por varios récords de calor, especialmente en la capital, Pekín.
En la mayor parte de China, la temperatura promedio fue entre 0,5 y 1°C más alta de lo normal, dijo CCTV. En julio, la capital china batió su récord de mayor número de días de calor extremo en un año. Las temperaturas allí superaron los 35°C durante 27 días consecutivos, según la agencia meteorológica china.
El mismo mes, también se alcanzó un récord de temperatura para mediados de julio en la región de Xinjiang (oeste) con 52,2°C. Este vasto territorio semidesértico que limita con varios países de Asia Central es, sin embargo, regularmente, en verano, la región más calurosa de China. Durante el año pasado, 127 estaciones meteorológicas en todo el país registraron récords de calor, señaló CCTV.
China ha enfrentado condiciones climáticas extremas en los últimos meses, exacerbadas por el cambio climático, dicen los científicos. En agosto, lluvias torrenciales sin precedentes azotaron Beijing y su región y causaron decenas de muertes, así como en las provincias del noreste de China, fronterizas con Rusia y Corea del Norte.
China es, en términos absolutos y en términos de población (1.400 millones de habitantes), el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático, como el dióxido de carbono (CO2). Por lo tanto, los compromisos de emisiones del país se consideran clave para limitar el aumento de la temperatura global. Pero el gigante asiático aprobó el año pasado nueva capacidad de generación de energía a partir de carbón, lo que complica su promesa de reducir las emisiones de combustibles fósiles. Este aumento alimenta los temores de que China vuelva a los objetivos que se ha fijado: alcanzar el pico de emisiones entre 2026 y 2030 y la neutralidad de carbono para 2060.
En 2022, China produjo casi el 60% de su electricidad a partir de carbón, que es especialmente contaminante. El país es también el principal productor mundial de energía renovable. El gigante asiático se enfrenta en los últimos meses a condiciones climáticas extremas. En agosto, lluvias torrenciales sin precedentes azotaron Beijing y su región y causaron decenas de muertes, así como en las provincias del noreste de China, fronterizas con Rusia y Corea del Norte. En enero de 2022 se batió un récord de frío en China en Mohe, en la frontera con Rusia (-53°C).