Es un comienzo de juego esperado. El Lille, con el pie en el balón, dominó los debates desde los primeros momentos del encuentro, sin mostrarse agresivo. Ante un equipo croata de Rijeka que esperaba a su nuevo entrenador, los de Fonseca demostraron demasiada imprecisión para ser peligrosos. Al mismo tiempo, los Mastines sufrieron la lesión de Bafodé Diakité, golpeado en el hombro tras una mala caída (5º). Fue sustituido por el joven Leny Yoro, impecable en la primera parte. A pesar de este buen comienzo, fue el sector defensivo el que perdió el primer gol del Rijeka (23º). En una recuperación en su propia área, Galesic abrió el juego, el balón cayó en la cabeza de Alexsandro que desvió el balón… en los pies de Pasalic que lanzó magníficamente a Lucas Chevalier.
Tras este primer partido, el Lille sufrió el partido antes de recuperar la cabellera gracias al cuarto de hora de locura de Edon Zhegrova. El kosovar encadenó los regates por su costado derecho, incrustándose varias veces en el área contraria. Fue el detonador de los Mastines en esta mitad y su hazaña en el 42, por el lado izquierdo, fue fruto del trabajo realizado.
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En el segundo tiempo, el Lille se marchó de la misma forma que empezó el partido. En posesión del balón, los depositarios del juego del Lille no lograron encontrar a David en posición de golpe. Las secuencias fueron ciertamente más fluidas pero no terminaron en una situación peligrosa. A pesar del dominio indiscutible en el entretiempo y de un bloqueo cada vez mayor, el Lille no logró encontrar el pequeño pase extra que abría las puertas de la portería contraria. Para colmo, Adam Ounas, conocido tanto por sus destellos con el balón en los pies como por sus repetidas lesiones, abandonó el campo tras 13 breves minutos…
Fue por el aire que llegó la salvación de los Mastines. Desde el lado derecho, llovieron centros hacia el área de Rijeka. En el 89, Iván Cavaleiro, que ingresó durante el partido, envió un centro al punto de penalti. Leny Yoro se levantó en el aire y metió el balón en la portería. Detrás, Lucas Chevalier hizo hablar al talento para soltar dos balones a quemarropa, en el tiempo añadido. La ciudadela de Lille no ha caído y los hombres de Fonseca tendrán que rematar la faena en Rijeka la próxima semana.