El Líbano está dispuesto a aplicar una resolución de la ONU que distanciaría al poderoso movimiento Hezbollah de la frontera con Israel, pero a condición de que este vecino detenga sus ataques y se retire de las zonas reclamadas por Beirut, afirmó el viernes (22 de diciembre) el Primer Ministro libanés.
El jefe de la diplomacia israelí, Eli Cohen, afirmó el domingo que era necesario «obligar a Hezbollah a retirarse al norte del río Litani», a unos cuarenta kilómetros de la frontera, ya sea a través de canales diplomáticos o «por la fuerza».
Los intercambios de disparos entre Israel y el movimiento chiita proiraní son diarios en la frontera desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre, desencadenada por un ataque sin precedentes en suelo israelí por parte del grupo palestino, apoyado por Hezbolá. Refiriéndose a esta tensa situación en el sur del país, el primer ministro libanés, Najib Mikati, afirmó: “la solución existe, es la aplicación de las resoluciones internacionales”, incluida la 1701.
«Estamos totalmente dispuestos a comprometernos con su implementación, siempre que la parte israelí también se comprometa con ellos y se retire, de conformidad con las leyes y resoluciones internacionales, de los territorios ocupados», añadió a la prensa. Según la oficina del Sr. Mikati, se refería a los territorios todavía ocupados por Israel después de su retirada del sur del Líbano en 2000: las granjas de Chebaa, las colinas de Kfar Chouba y la aldea de Al Ghajar. Israel también insiste en la necesidad de que el Líbano implemente la Resolución 1701, adoptada para poner fin a la guerra entre Israel y Hezbolá en 2006.
Este texto estipula que sólo el ejército libanés y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) se desplegarán entre la frontera y el río Litani. Varios países occidentales están trabajando para evitar que la situación entre Israel y el Líbano degenere y proponen, entre otras cosas, una solución al conflicto fronterizo. La violencia en la frontera ha dejado más de 140 muertos en el lado libanés, en su mayoría combatientes de Hezbolá, y 11 en el lado israelí desde el 7 de octubre.
Hezbollah, único partido que no fue desarmado al final de la guerra civil (1975-1990), está fuertemente establecido en las zonas fronterizas desde donde lanza ataques contra Israel, aunque no tiene posiciones fijas ni presencia militar visible.