Muros, paradas de autobús, barreras de construcción… Durante la noche del domingo al lunes, miles de carteles con los rehenes de Hamás fueron colocados en las calles de París. Por iniciativa de los movimientos juveniles y estudiantiles judíos franceses, esta acción tiene como objetivo sensibilizar sobre la suerte de los casi 150 rehenes en poder de Hamás desde el atentado terrorista del 7 de octubre.

Una movilización que se inscribe en la continuidad de las calles de Nueva York, donde artistas israelíes han pegado en las paredes de sus ciudades retratos identificados con la palabra “SECUESTRADO” sobre un fondo rojo. “Nos sentíamos inútiles y desesperanzados y no sabíamos qué hacer, estamos muy lejos de casa. Así que utilizamos nuestras habilidades como artistas”, explicó Nitzan Mintz al canal estadounidense CBS New York el 13 de octubre.

“Desde los atentados de la semana pasada, varias asociaciones, como ciudadanos normales, se han puesto en contacto con nosotros para participar en nuestras diversas acciones. Y cuando vimos esta campaña en Estados Unidos, obviamente, había un deseo colectivo de ser parte de ella. Es tranquilizador estar en acción para no borrar a los rehenes”, explica Samuel Lejoyeux, presidente de la Unión de Estudiantes Judíos de Francia (UEJF), que elogia un movimiento que ha logrado unir más de lo habitual.

Un deseo de movilización popular que Arthur también comparte. Este treintañero, como muchos otros voluntarios, abandonó el partido Francia-Sudáfrica con sus amigos para pasear por las calles de la capital. Esta mañana, cansado de esta noche casi sin dormir, explica: “La semana pasada lloré todos los días viendo todos estos vídeos en las redes sociales donde descubrimos las atrocidades de Hamás. Y ver que ciertos líderes políticos como Jean-Luc Mélenchon en Francia, pero también personas influyentes francesas o estadounidenses se negaron a hablar de terrorismo, eso me devastó profundamente. Necesitaba hacer algo, actuar a mi nivel, con otros jóvenes judíos franceses, para que nunca olvidemos lo que se hizo”. Una campaña de carteles que todo el mundo tiene previsto repetir en los próximos días. “Por supuesto, los etiquetarán o los arrancarán”, predice Arthur. Empezaremos de nuevo. ¡Mi impresora tiene algo de repuesto! La misma historia con Mintz en Nueva York: “Pueden destruirlos a todos… ¡devolveré 10.000 más!”