¡Eso es realmente mala suerte! En la última acción de la semifinal entre Stade Toulousain y Harlequins, el lateral escocés recibió un golpe en la cara. Blair Kinghorn detuvo al londinense Tyrone Green, que quería jugar la última acción tras la sirena y permaneció en el suelo cuando el árbitro pitó el final del partido.

Una hora después del final del partido, el lateral publicó una foto en su historia de Instagram de… su nariz, muy torcida (y seguramente rota) por este choque final. Con una leyenda de humor muy británico: “Fantástico”. Un apéndice ahora en forma de S que será necesario volver a colocar en su lugar…