«Ciudadanos, prepárense para evacuar y permitan que los niños y los ancianos evacuen primero». Fue por esta lacónica alerta, enviada a sus teléfonos móviles a las 6:41 a. m., que los habitantes de Seúl fueron sacados de la cama este miércoles 31 de mayo. Un mensaje enviado por las autoridades de la capital surcoreana tras el (fallido) lanzamiento de un satélite por parte de Corea del Norte, que asustó a la megalópolis tanto por su tono alarmista como por su ausencia de instrucciones claras.
Esta alerta «no decía dónde [evacuar], por qué o qué esperar», tronó Emma, estudiante de intercambio, en Twitter. En la misma red social, otro habitante de la capital se pregunta: “Hay 25 millones de personas en Seúl, ¿adónde vamos a evacuar?”. Las autoridades locales desactivaron rápidamente la falsa alarma, pero plantea una pregunta que muchos coreanos nunca se hicieron: ¿qué hacer en caso de un ataque?
Las dos Coreas siguen, oficialmente, en guerra: nunca han firmado un tratado de paz. Si la situación se ha estabilizado, Corea del Norte dispara regularmente misiles para mostrar sus músculos. Con este vecino amenazante, la ciudad de Seúl, cercana a la frontera, ha construido una red de refugios antiaéreos. Si bien muchos entendieron que “evacuar” significaba salir de la ciudad, lo más probable es que las autoridades recomendaran en ese momento refugiarse en estos lugares protegidos de bombas y misiles.
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Estaciones de metro, centros comerciales subterráneos, aparcamientos… En la capital se han identificado más de 3.000 lugares que pueden servir de refugio en caso de bombardeo. Según Reuters, esto representa un área de casi 24 km2 accesible en caso de ataque. Estos lugares están identificados con letreros rojos que indican en coreano e inglés “refugio”. Una plataforma del gobierno y una aplicación oficial te permiten ubicar el albergue más cercano.
Pero acostumbrados a la amenaza de Corea del Norte, que no ha resultado en un ataque real desde el armisticio de 1953, la mayoría de los residentes de Seúl ya ni siquiera prestan atención a esos carteles. Casi las tres cuartas partes de ellos no sabían dónde estaba el refugio más cercano, según una encuesta de 2014 publicada por el diario coreano Chosun Ilbo.
A pesar de las instrucciones oficiales disponibles en los sitios gubernamentales y de la existencia de estos refugios, «la gente no está realmente al tanto» del procedimiento a seguir, coincide Pascal Dayez-Burgeon, especialista en Corea. En Seúl, a pesar de la cercanía con la frontera, nadie tiene la sensación de vivir amenazado, abunda el investigador: «Hace 50 años que el Norte dice todos los días que destruirá al Sur y su capital, más nadie se lo cree». .»
Las embajadas tienen un plan de evacuación para sus nacionales. “Para Francia, hay una reunión cada mes que nos recuerda los lugares donde debemos reunirnos según el distrito”, explica Pascal Dayez-Burgeon, reconociendo que “en caso de una crisis real, todos intentarán huir, allí habrá embotellamientos y será un desastre».